Una de las cosas características de este mundo es que nos estamos acostumbrando a vivir sin Dios, el menos en el mundo Occidental. A muchos la palabra “Dios” no les dice nada. Para combatir las creencias de las personas religiosas, se invoca el nombre de la ciencia, que no ha probado la existencia de Dios.
Hace unos días, una columnista de Internet, Mariel Reimann, compartió con todos la conmovedora historia de una conversación que sostuvo con su hija. Aunque la madre de esta pequeña no se considera atea en los absoluto, está plenamente convencida de que los niños deben construir sus propias ideas y llegar a sus propias conclusiones.
Fue así que se atrevió a tener una conversación de altura con su pequeña, sin forzarla a creer en Dios. Su hija de 7 años quería conversar con ella mientras la mayor acababa sus tareas.
Ella quería hablar sobre la juventud de su mamá, y fue cuando le propuso que hablaran del tiempo en que ella participó año y medio en una misión. Por supuesto tenía que explicarle para qué sirve una misión. Fue entonces cuando le informó que en el mundo existe gente que cree en Dios y gente que no, y quienes no creen en Dios se apoyan en la ciencia para argumentar su posición.
Después de un breve silencio, esta pequeña le preguntó a su mamá: “¿por qué la ciencia no cree en Dios?”. Ya que la ciencia no ha demostrado la existencia de Dios con evidencias palpables, pues llegan a esa conclusión, dijo la madre.
Inquieta por la pregunta de su hija su madre le preguntó si ella era capaz de creer en Dios aunque otra gente no lo hiciera. Su respuesta fue simple: “Yo sé que él es real”. Y también dijo: “Yo sé que hay otra vida”. Ese fue el comentario que más le conmovió, pues de inmediato la niña le expresó que por eso no tenía miedo de la muerte.
“¿Crees que Dios es como Santa o un Hada?”, le preguntó su madre. La madurez de su respuesta asombra a cualquier adulto. Para ella, Dios es un ser muy distinto. Mientras que a ellos se les piden deseos, a Dios se le pide bienes espirituales que realmente necesitamos.
¿Cuántos adultos son capaces de ver a Dios de esta manera? Hoy por hoy, muy pocos. Muchos dejan de creer en Dios porque no les concede todos sus deseos, Quizá sea hora de comprender que Dios está para algo más que para ser el genio de la lámpara.
Y si de científicos hablamos, mide en este vídeo lo que Einstein creía sobre Dios. Le conmoverá: