Este caso ocurrió en la clínica privada Sanatorio San Fernando, en Coronel Oviedo, Paraguay, y fue diario La Nación el que se hizo eco de los hechos sucedidos. El médico de la clínica declaró a Gladys Rodríguez Duarte, de 46 años, muerta, después de su ingreso en la clínica el pasado 11 de abril. El doctor incluso firmó el certificado de defunción de Gladys y solicitó su transporte a la funeraria.
Cuando los profesionales empezaron a ver que el cuerpo se movía, ya en la funeraria, se dieron cuenta de que había signos vitales. A pesar de ello, una de las enfermeras dijo que eso eran solo reflejos naturales debido al oxígeno que había recibido la paciente.
Cuando ya estaba en el lugar donde iba a tener lugar el velatorio, Gladys comenzó a moverse dentro de la bolsa mortuoria. Entonces, ahí sí que los profesionales se dieron cuenta de que no era un movimiento involuntario. La mujer estaba bastante asustada por la situación en la que se encontraba, así como a todos los presentes. Tras ello, fue enviada de inmediato a otro centro hospitalario.
Gladys tiene una dolencia que fue especificada en el informe de La Nación, pero que probablemente fue lo que condujo al médico a declararla por muerta. Una vez en el nuevo hospital, los médicos chequearon su estado de salud y continuaron tratando su enfermedad.
El marido de Gladys, Máximo Duarte Ferreira, llevó el caso a la policía el 12 de abril. La clínica donde la mujer fue declarada muerta ahora está bajo investigación.
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