Ser ama de casa y cuidar a los niños a tiempo completo puede ser una elección o una necesidad. Cada persona vive una realidad diferente y se ocupa de esa realidad de la manera que puede.
Algunas veces, las madres que siguen esta rutina necesitan desahogarse sobre cómo se sienten juzgadas ante los ojos de una sociedad que las ve como alguien que no hace nada y tiene una vida fácil.
La estadounidense Bridgette Anne es un buen ejemplo de ello. Sintiéndose exhausta y todavía presionada por las personas que la rodean, decidió desahogarse en su cuenta de Facebook y su publicación se ha vuelto viral.
La joven madre publicó una foto en la que llora de cansancio, y más abajo relata una serie de situaciones con las que tiene que lidiar y tiene dificultades.
“Todo el mundo piensa que ser una madre que se queda en casa todo el tiempo es fácil. Que tenemos suerte de no tener que trabajar. Que somos vagas. Que no es un trabajo de verdad, entonces no tenemos nada de qué quejarnos. Pero la verdad es … es solitario y abrumador”, dijo Bridgette, al comienzo de la publicación.
Para algunas madres, los problemas de Bridgette no son importantes ni difíciles de resolver. Pero para otros, también son un reflejo de cómo se sienten.
A pesar de todo el amor que siente por ser madre y los momentos únicos que puede vivir con su hijo, siempre estando cerca, Bridgette relató algunas situaciones que la hacen sentir perdida y frustrada:
“… No puedes hacer nada sola; ir al baño, disfrutar de una taza de café, leer … No tienes descansos a menos que estén durmiendo, y sin embargo usas ese tiempo para limpiar […] Usas la misma ropa que huele a sudor y lágrimas durante días, porque ya están manchadas y no tiene sentido arruinar más ropa. Olvidas lo que significa o es sentirse como un individuo, porque toda tu existencia ahora gira en torno a ese niño”.
Esta es una de las realidades de muchas madres y amas de casa que llevan a cabo esta tarea exhausta y exigente, y que muchas veces sufren en silencio porque piensan que no tienen derecho a quejarse.
Bridgette concluye diciendo: “Mi casa no está limpia, yo no estoy limpia, los platos no se han lavado, grité hoy, lloré y me sentí muy culpable porque mi hijo estaba aquí para presenciar esto”.
La lección de un relato como este es que, en lugar de mirar a esta madre y juzgarla, es importante reflexionar sobre cómo cada persona puede lidiar con las situaciones adversas de la vida y cómo puedes ofrecer una solución sin juzgar ni ofender.
Solo aquellas que son madres a tiempo completo conocen estos sentimientos. Pero, todo el mundo tiene el deber de intentar comprender para al menos no sentirse con derecho a juzgar sin saber por lo que está pasando el otro.