Una broma sin noción tiene un límite, pero parece que esta “amiga” no entendía el concepto de cuidado. Para ganarse algunas risas, hizo que Megan Meredith perdiera un bien precioso, su hijo. Y lo peor es que ella solo descubrió el embarazo y el aborto en el hospital.
Megan estaba en su coche con 3 amigas, Keeley Harrison en el asiento del pasajero y otras dos en la parte de atrás; iban a comprar un pastel. Como siempre, se detuvo a tirar la basura, se bajó del vehículo y sacó las bolsas de basura del maletero. Keeley luego saltó al asiento del conductor y comenzó a caminar lentamente con el auto, cerrando las puertas.
Las que estaban en el asiento trasero estaban bromeando y saludando, pero parece que Keeley estaba más emocionada. Para que la amiga detuviera el auto, Megan se tiró frente a él, ya que iba lento. Sin embargo, en vez de pisar el freno, Keeley aceleró hasta alcanzar los 30 km/h. Esto provocó que Megan fuera arrojada sobre el capó, donde permaneció unos metros.
Keeley, entonces, se detuvo bruscamente, arrojando a Megan al frente del coche. En el acto, ella ya notó que algo no estaba bien. Al llegar al hospital de Caerphilly en Gales, las pruebas mostraron que se fracturó el tobillo y la tibia. Además de eso, también le dieron otra noticia: estaba embarazada y había perdido al bebé.
Fueron cinco horas de intervención, dos semanas de hospitalización y seis meses sin poder trabajar. Obviamente, la amistad se deshizo, dando lugar a una demanda contra Keeley. Fue sentenciada, y luego liberada por asumir la culpa, a 18 meses de prisión. Tampoco puede conducir durante dos años, haciendo 180 horas de voluntariado y pagando 600 libras en gastos.
Megan dijo que su vida nunca volverá a ser la misma, sintiéndose conmocionada, devastada. Ella dijo: “este incidente me ha arruinado la vida y me preocupa el futuro, el funcionamiento de mis piernas y mi trabajo”, mostrando la angustia que puede causar una broma de mal gusto. Seguramente, será más selectiva con sus amigas, ¿estás de acuerdo?
Fuente: The Sun
