El caso es clásico: la relación empezó muy bien, el marido era cariñoso y cuidó a su esposa e hijo con cariño. De repente, comenzó a tener celos y se convirtió en una persona violenta. La situación persiste desde hace años, ya que es muy difícil salir de una relación abusiva, y solo la mujer que pasa por esto sabe cómo es.
En este caso, ocurrido en Maceió, Alagoas, Brasil. Una mujer de 28 años decidió hacer un último intento por salvar su vida y la de su hijo. Cuando salió para inscribirlo en el colegio, colocó una nota de socorro en medio de los documentos.
“Por favor, ayúdame. Me están golpeando. No puedo hablar. Tengo hematomas en la pierna y mi hijo sufre graves trastornos psicológicos. Me golpeó con el machete. Ayúdame, no me deja hablar, me amenaza todo el tiempo. Ya no puedo seguir callada, me cansé. No me ignores” decía la nota.
De camino a la escuela, el agresor estaba junta a ella, dado que impedía que su esposa e hijo estuvieran solos. Cuando salía a trabajar, la encerraba en casa. Durante el recorrido, que fue de unos 15 km, no la dejó sola. La pellizcó, le apretó el brazo y la amenazó de muerte. Era la última oportunidad para pedir ayuda.
¡Le pedí a Dios que me ayudara a encontrar un camino y lo escribí en el papel. Era la única oportunidad de salir de esa situación, de sobrevivir, porque dijo que me iba a matar. Dije que necesitaba inscribir a mi hijo ese día, y él me acompañó, fue todo el camino agrediéndome, y estaba pidiendo fuerzas porque no aguantaba más”, recuerda.
Cuando llegaron al escuela, el marido fingió que no pasaba nada, como es habitual. La mujer se animó y entregó la nota junto con los documentos, con mucho temor de que no la ayudaran.
“Entregué los papeles y la nota juntos en la oficina del colegio. Ella leyó, no dijo nada y se fue. Estaba angustiada y mi hijo tenía mucho miedo. Nos sentamos esperando a que regresara la mujer, y cuando la vi, era la policía que llegaba y lo arrestaba. Me sentí aliviada”, contó la mujer.
Por suerte para la víctima, la empleada que recibió los documentos actuó con rapidez. Ella leyó la nota, se levantó y le pidió a la familia que esperase. Fue a la sala de juntas y llamó al equipo de Policía Militar del Batallón de Policía Escolar, que patrullaba allí. El agresor fue detenido en el acto y trasladado a la Central de Flagrantes del PC-AL (Policía Civil de Alagoas).
“No tenía alternativa, no me dejaba sola y rompió mi teléfono. O me ayudaban allí en la escuela o no sé qué sería de mí y de mi hijo cuando regresáramos. Ninguna mujer merece pasar por lo que yo sufrí. Si te encuentras en esta situación, ¡denúncielo!”, alertó.
Hubo una audiencia de custodia y el agresor fue arrestado en una unidad en Alagoas. De acuerdo con la policía, en la audiencia el juez consideró suficiente el informe de la víctima para que la detención in flagrante se revirtiera en prisión preventiva.
“Mi hijo lo vio todo, estamos traumatizados, pero nos alivia que haya sido arrestado. Tengo miedo de lo que pasará cuando salga de la cárcel. Quiero justicia, porque ninguna mujer merece sufrir lo que yo pasé”, afirmó.
A pesar de sufrir violencia doméstica durante años, fue en la última semana que la situación empeoró. La mujer dijo que fue golpeada y torturada psicológicamente durante horas. En uno de los ataques amenazó con llamar a la policía, y fue entonces cuando el maltratador le rompió el móvil. Ya no tenía contacto con nadie, ya que estaba prisionera en casa.
“Fueron años de sufrimiento. Ahora quiero trabajar, estudiar, ver a mi hijo crecer en un hogar sin violencia. Ya estamos en esta paz. Espero que cuando salga de la cárcel esté bien lejos de nosotros”.
El siguiente paso ahora es ir a la Comisaría de Mujeres 2 para los trámites burocráticos de investigación, como dar testimonio, llevar a los testigos de cargo para que sean escuchados, para que la investigación sea finalizada y enviada a la justicia.