Tiffany Wedekind tiene 43 años y vive en Columbus, Ohio, Estados Unidos. Ella es la persona de mayor edad que padece progeria y sigue viva, una enfermedad incurable que hace que el cuerpo envejezca 8 veces más rápido de lo normal.
Una enfermedad rara y una familia afortunada
En el mundo se han diagnosticado 179 casos de progeria, y Tiffany es la que lleva más tiempo viva. Por lo general, debido a complicaciones, los pacientes con esta afección viven solo hasta la adolescencia. Pero ella y su hermano mayor superaron las expectativas.
Chad, el hermano de Tiffany, murió cuando tenía 39 años en el año 2012. Él solo descubrió la enfermedad porque quería tener hijos y tuvo que hacerse pruebas para ver si tenía algo que pudiera transmitirle al bebé.
Después del diagnóstico de su hermano, Tiffany también se hizo la prueba y descubrió que tenía la misma dolencia, la cual se hereditaria y se hereda de la genética de la madre. En ese momento Tiffany tenía casi 30 años, y hasta entonces vivía con normalidad, sin sospechar nada.
Sobre la progeria
La progeria se transmite de padres a hijos, en este caso por la madre de Tiffany y Chad. Esta es motivo de una mutación en un gen que hace que se acelere el proceso de envejecimiento. Normalmente, las personas con progeria comienzan a presentar síntomas a los 2 años de edad y raramente superan los 20 años.
Pero, durante la infancia, los hermanos no parecían tener esta afección. Su salud y fisonomía eran normales para su edad. En la adolescencia, los efectos de la “vejez” comienzan a aparecer de forma sutil. Poco a poco, Tiffany comenzó a perder más cabello, a tener muchas arrugas y caries. Fue solo con estos efectos, a los 20 años, cuando su médico empezó a sospechar que algo estaba mal.
Aceptación y autocuidado
Aun así, decidió que no se vendría abajo y esperaría que la vida terminara a causa de la enfermedad. Tiffany decidió que aprovecharía al máximo su salud física y mental para aprovechar al máximo el tiempo que tuviese.
“Yo hago lo mejor que puedo para mantenerme saludable porque tengo mucha suerte de estar todavía aquí. Tengo en mente que puedo irme en cualquier momento y estoy haciendo todo lo posible para disfrutar la vida que tengo”, dijo Tiffany en una conversación con Metro.
En el momento en que le diagnosticaron a Tiffany y Chad la enfermedad, aún era poco conocida. Cuando escucharon del médico que tenían progeria, no tenían idea de lo que eso significaba. Lo que ya sabía el médico es que los hermanos eran casos únicos por estar tan bien, a pesar de que eran adultos.
“Siempre he sido muy activa, doy paseos en bicicleta, hago yoga y trato de mantenerme fuerte. También creo que eres lo que comes. Por eso como sano y trato bien a mi cuerpo. Estoy viviendo la vida al máximo mientras puedo, porque vi lo corta que puede ser la vida”, dijo.
Los cuidados que Tiffany tiene en su rutina fue la única guía que le dio el médico. Como la progeria no tiene cura, lo único que puede hacer es cuidar su salud para preservarla al máximo.
“Yo envejezco mucho más rápido que cualquier otra persona y, para ser honesta, no estoy seguro de por qué viví tanto y sobreviví, a diferencia de otras personas con progeria. Creo que puede ser porque me cuido bien”, añadió.
Tiffany entonces siguió con su vida, sabiendo que ya estaba más allá de las expectativas y que, en cualquier momento, la enfermedad podría llevársela. Ella no se dejó abatir. Estuvo casada 8 años, después se divorció, tiene su propio negocio en la rama de la decoración, y cree que el yoga es fundamental para mantenerse fuerte y viva durante tanto tiempo.
“Cuando me divorcié, seguí el camino de querer aprovechar mi vida tanto como fuera posible y durante el mayor tiempo posible. Estoy llena de vida y quiero mostrarle a la gente que puedes tener una buena vida, sin importar cuáles sean tus circunstancias”.
Un posible tratamiento
Además de los cuidados rutinarios con la salud, Tiffany empezó recientemente a tomar un nuevo medicamento llamado Lornafarnibe, el cual actúa retrasando el envejecimiento. Este medicamento está a punto de ser aprobado como el primer tratamiento para la progeria.
Tiffany no está segura de cuánto le está ayudando el remedio, ya que realmente hace un gran esfuerzo por cuidar su salud. Aún así, es muy importante que los médicos puedan probar los efectos de este nuevo fármaco en su cuerpo y, pronto, poder ofrecer mejores condiciones de vida a otros pacientes en la misma condición.