Algunas historias que aparecen en internet merecen ser compartidas para hacernos reír. Esta vez, una mujer de Oban, en Escocia, se viralizó en internet para ofrecer un ataúd.
La mujer no quería venderlo, aunque el ataúd estaba, según ella, en muy buen estado, completamente nuevo. El motivo de la donación es lo que dejó intrigados a los internautas.
En el anuncio del ataúd, la mujer decía que lo donaba porque su marido vivió más de lo esperado. Me pregunto qué habrá querido decir con eso.
Ver también: Un hombre pagó en secreto una farmacia durante 10 años en la comunidad
No sabremos a ciencia cierta por qué su marido “vivió más de lo que ella esperaba”, pero, la propia mujer dejó entrever que no es una de las personas más fáciles de tratar.
Y es que, en la continuación del anuncio, la mujer decía que incluso podía entregar el ataúd a quien quisiera quedárselo, siempre que no fuera en Mallaig, un pueblo portuario escocés, ya que le habían prohibido la entrada.
Debido a lo extraño del anuncio, pronto hubo más de 1.000 reacciones, 1.600 compartidos y 1.000 comentarios de gente desconcertada.
Muchos usuarios estaban confusos y dudaban de las intenciones de la mujer. Algunos se preguntaban si el post era una broma, después de todo, se parecía mucho a una broma.
Sin embargo, la mujer insistió en que su anuncio era serio y verídico, e incluso explicó un poco mejor el hecho de que la habían expulsado del pueblo donde vivía con su marido.
Según ella, en un Hogmanay (el último día del año viejo, similar a la fiesta de Nochevieja en Brasil), se metió en líos en el Bar Marino con unos hombres con los que su marido trabajaba en el mar.
Así que acabaron prohibiéndole la entrada y ya no se le permitió ir más allá de los límites del aparcamiento de la bahía occidental.
No se ha revelado qué hizo exactamente. ¿Tiene alguna relación con la compra de un ataúd con la esperanza de que su marido muriera?
Para terminar esta loca historia, la mujer aún fue sincera al informar de que el ataúd no incluía la almohada que aparece en la foto, porque el perro de su marido se la había comido.
Al final este detalle es lo de menos, porque la persona que lo vaya a utilizar no echará de menos una almohada.
Ver también: Encefalitis: un virus cerebral “atrapa” a una mujer en los años 70