Cuando una persona trabaja en exceso, su cuerpo empieza a mostrar signos o señales de estrés. No es a penas el cansancio e irritabilidad. También pueden aparecer síntomas de alergia, como urticaria, incluso en personas que nunca han tenido alguna alergia.
En el caso de la británica Caitlyn Taylor, de 30 años, los síntomas de estrés alérgico surgieron después de muchas jornadas laborales de 15 horas en un banco de inversión en Londres. El que ella pensaba que era el trabajo de sus sueños, se convirtió en su mayor problema.
Durante más de un año, Caitlyn había tenido convulsiones que hicieron que su casa se hinchara hasta el punto de afectar a su visión. Por más que le hicieron pruebas y exámenes, no se encontró la causa, a pesar de que el exceso de trabajo era bastante evidente, pero nadie parecía querer verlo, ni siquiera ella.
Debido a los síntomas expresivos, incluida la dificultad para respirar, Caitlyn pasó tres semanas hospitalizada. Solo entonces los médicos le diagnosticaron una reacción alérgica extrema al estrés. El tratamiento recomendado era reducir inmediatamente el ritmo de trabajo, de lo contrario tendría que pasar toda su vida tomando medicamentos.
Fue en el apogeo de sus problemas de salud que Caitlyn tomó la decisión de dejar el trabajo que la consumía. Ella estaba trabajando duro para ahorrar y comprarse una casa. Pero cambió de opinión y juntó todos sus ahorros para hacer un viaje de dos años y medio por todo el mundo.
Fueron suficiente solo seis meses de este drástico cambio de vida para que la salud de Caitlyn volviera a la normalidad. Además de un cambio de aire y una liberación del trabajo agotador, adoptó una alimentación basada en verduras y proteínas magras. Caitlyn tuvo aventuras amorosas en España, se unió a una fiesta en un autobús de estudiantes en Nueva Zelanda, asistió a un retiro de yoga en Bali y fue parte de una caravana en Suecia.
Cuando acabó su largo viaje, ella volvió al Reino Unido completamente diferente: había encontrado un nuevo amor y un nuevo propósito: se fue a trabajar como instructora de vida para alentar a las personas a disfrutar de sus días sin ser rehenes de un trabajo exhaustivo.
“Encontré una nueva forma de vida y ahora, irónicamente, estoy ayudando a los londinenses estresados y exhaustos a hacer lo mismo”, contó al Daily Mail.
“Todo el mundo piensa que tiene que hacer cambios drásticos como lo hice yo, pero no tiene por qué ser así. Ahora estoy haciendo pequeños cambios a diario, construyendo mi propio negocio de coaching mientras trabajo para ganar lo suficiente para regresar a Bali. Es posible hacerlo todo poco a poco”, concluyó.