En torno a los alimentos congelados hay numerosos mitos con algún grado de veracidad. Se dice que son más costosos, menos frescos y que la congelación afecta a su sabor. También se cree que muchos alimentos no toleran este medio de conservación. Como puede verse, los mitos y verdades sobre alimentos congelados son muchos. Aquí se presentan 4 de los más persistentes.
Mito: están llenos de conservantes
Esta creencia está muy extendida pero es falsa en la gran mayoría de los casos. Los conservantes o preservantes son aditivos que se agregan a los alimentos para alargar el tiempo en que pueden ser consumidos. La comida se descompone por la acción de microbios y por efecto de la oxidación, procesos que pueden ser retrasados mediante el uso de conservantes. Algunos son de origen natural y perfectamente inocuos. Otros, como el BHA y los nitratos, pueden llegar a ser tóxicos y hasta cancerígenos.
El mito de que los alimentos congelados están llenos de conservantes es, por decir lo menos, absurdo. La congelación es en sí misma un medio para conservar alimentos y la utilización de aditivos no se justifica en estos casos. La mala fama de los conservantes es también injustificada. Algunos pueden incluso resultar beneficiosos para el organismo. Es el caso de las vitaminas E y C, cuyas propiedades antioxidantes son aprovechadas por la industria alimenticia para conservar alimentos.
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Mito: pierden sus nutrientes y propiedades
La idea de que los alimentos congelados pierden sus nutrientes es también inexacta. Por regla general, mientras antes se congelen mejor conservarán su aporte nutricional. De la misma forma, cuanto más baja sea la temperatura de congelación mejor preservarán su carga nutritiva. Estas 2 variables hacen que sea preferible comprar alimentos previamente congelados a congelarlos en casa.
Lo que sí puede afectar la cantidad y calidad de los nutrientes son las interrupciones en la cadena de frío. Siempre que esta cadena se mantenga y respete no hay razón para sospechar que el alimento carece de propiedades nutricionales. En algunos casos, los alimentos congelados tienen incluso mayor cantidad de nutrientes que sus pares frescos. Un claro ejemplo son las coles de Bruselas y guisantes. Estos vegetales incrementan su concentración de calcio cuando son congelados.
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Mito: no se pueden congelar alimentos que fueron descongelados
Entre los mitos y verdades sobre alimentos congelados, esta idea ocupa un lugar especial porque juega con el miedo. Se cree que volver a congelar un alimento previamente descongelado puede provocar, al ser ingerido, intoxicaciones o problemas digestivos. La verdad es que esto solo puede ocurrir si el alimento estaba ya descompuesto cuando fue congelado por primera o segunda vez. En cualquier otro caso es altamente improbable.
Esta creencia proviene tal vez de que algunos alimentos sí modifican su textura y sabor cuando se descongelan. Pero este cambio no se debe a la descomposición, es más bien consecuencia del comportamiento del agua al congelarse y descongelarse. A bajas temperaturas, el agua contenida en los alimentos se hace sólida y puede cortar, perforar o afectar de alguna manera la apariencia del comestible.
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Mito: se deben descongelar siempre a temperatura ambiente
Muchas personas prefieren descongelar los alimentos a temperatura ambiente. Este razonamiento no es del todo descabellado, ya que el proceso se realiza de forma lenta sin agresivos apuros e intervenciones. Por supuesto que cada alimento se descongela a una velocidad distinta, dependiendo en principio de su tamaño y la cantidad de agua que contenga. Sin embargo, esta no es la forma más aconsejable para descongelar los ingredientes.
Lo que se sugiere es descongelar los alimentos metiéndolos en el frigorífico o en el refrigerador. A pesar de que este método demora más tiempo, es más seguro porque inhibe la proliferación de bacterias y otros agentes peligrosos. Lo ideal es dejar el comestible en la nevera suficiente tiempo como para que pueda descongelarse en ese entorno. Recuerda que mientras más cálido sea un lugar, más microbios y organismos pueden crecer en él.
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Consejo extra: Etiquetas para distinguir mitos y verdades sobre alimentos congelados
Aunque sean congelados, todos los productos tienen una fecha de caducidad. Es primordial no comer los que la hayan excedido ya que pueden provocarte una intoxicación. Las etiquetas del fabricante son, por lo general, una buena guía entre tantos mitos y verdades sobre alimentos congelados.
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