Desde los primeros meses del 2020, los barbijos forman parte de las personas, infelizmente. Estos sirven como mecanismo para evitar la propagación del coronavirus, de ahí que su uso se haya hecho obligatorio tanto en sitios cerrados como al aire libre. Pero, el lado negativo de estos es el descarte de miles de millones de plástico que han generado. Pensando en esto y en busca de una alternativa que no haga daño al medio ambiente, una diseñadora holandesa crea unas mascarillas que se convierten en flores para las abejas.
Diseñan unas mascarillas que se convierten en flores para las abejas
Ver florecer una planta es una de las cosas más bonitas que la naturaleza le puede dar a una persona. Tomando este concepto, una diseñadora holandesa ha inventado unas mascarillas que se convierten en flores para las abejas. De esta forma, pretende ver florecer el mundo a través de los barbijos biodegradables, los cuales están rellenos de semillas.
Marianne de Groot-Pons estaba conmovida al ver la cantidad de cubrebocas descartables que están contaminando el medio ambiente, al acabar en los océanos. Entonces, se embarcó en un nuevo proyecto, el cual la llevó a crear unas mascarillas que se convierten en flores para las abejas.
En vez de ser desechables, las mascarillas contienen semillas de flores, lo que las hace biodegradables. Entonces, una vez que se usan, en vez de tirarse a la basura, se pueden plantar en la tierra.
“Después de un buen rato de tropezar con todas las mascarillas azules desechables y prescindibles de la ciudad, me desperté una mañana con la idea de un cubrebocas biodegradable con semillas de flores. La tierra se alegra, las abejas se alegran, la naturaleza se anima, los individuos se alegran”, comentó la diseñadora holandesa.
¿Cómo se hacen los cubrebocas?
Con papel de arroz, el cual se rellena con semillas de flores. En relación a las semillas, pueden ser diferentes. Algunos ejemplos son: aciano, eneldo, coreopsis, ásteres, gypsophila o gilia.
Los cordones, por su parte, se fabrican con lana de oveja pura. Cabe destacar que la creadora también incluye en los barbijos el bombre ‘Marie Bee Bloom’.
Desde que salieron a la venta, en a penas cinco semanas la creadora tuvo que contratar a 30 funcionaros para poder estar al día con la demanda que tuvo. Antes, era ella sola quien hacía las mascarillas en la mesa de su cocina.
Según recalca la holandesa, estos cubrebocas son 100% biodegradables y, al mismo tiempo, son igual de eficaces que los convencionales. Eso sí, con la gran diferencia que se pueden enterrar en un jardín, o incluso en una maceta, y así cuidar de la tierra y de sus polinizadores.
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Para ser aún más consciente del daño que se le está haciendo al mundo con las mascarillas y los guantes de látex, no dejes de ver el siguiente vídeo.
