A pesar de ser el tipo de cáncer más habitual, gracias a los avances tecnológicos que permiten una detección temprana, es posible detectarlo a tiempo y combatirlo. Sin embargo, son tantos los mitos que rodean a este popular estudio, que muchas mujeres evitan realizarse los controles mamarios anuales; pero… ¿Cuánto hay de mito y de realidad de todo lo que probablemente has escuchado acerca de las mamografías?
Cuando hablamos de mamograma o mamografía nos estamos refiriendo, ni más ni menos que a una radiografía que se realiza en la zona de las mamas. A través de rayos X, este estudio tiene como finalidad detectar diferentes anomalías en el tejido mamario.
Si bien, gracias a diferentes campañas para concientizarnos sobre la enfermedad, sabemos que la presencia de un bulto en el pecho o en las axilas, inflamación o irritación mamaria, secreciones del pezón, dolor o hundimiento en la zona, son signos de alarma, muchas veces, cuando se detectan dichas anormalidades, la enfermedad se encuentra avanzada.
Aunque la realidad sea dura, la detección temprana, mayormente marca la diferencia entre la vida y la muerte. 8 de cada 10 mujeres que son diagnosticadas precozmente, logran vencer el cáncer de seno. Sin lugar a dudas, aquí radica la importancia de realizar este estudio mamario, que hace aproximadamente 55 años, contribuye a salvar vidas.
¿Por qué algunas mujeres evitan realizarse mamografías?
Mayormente, las mujeres conocemos la gran importancia de realizar chequeos anuales.
Sin embargo, hoy en día aún existen mujeres que se niegan a realizarse este estudio no invasivo. La causa es que existen mitos y verdades en torno a la mamografía que pueden causar miedo o rechazo.
A continuación, mencionaremos los mitos más populares y procederemos a aclarar todas tus dudas, para que conozcas más del tema y puedas sacar tus propias conclusiones.
Las mamografías son dolorosas
Esta afirmación es relativa: no todas las mujeres sienten molestias o dolor al momento de realizar el estudio. Si bien es cierto que, para adquirir una buena imagen interna de las mamas, es necesario realizar una compresión de las mismas, la molestia o dolor, en caso que existiera, es totalmente soportable.
Si el estudio se realiza en aquellos momentos en que las mamas se encuentran menos sensibles, la molestia disminuirá. Para ello, puedes evitar realizarla en los momentos previos a la menstruación o durante el período.
Las mamografías se pueden suplantar con el autoexamen de mama
Falso. Todas conocemos la importancia que posee realizar mensualmente el autoexamen de senos. Sin embargo, las mamografías son capaces de detectar anomalías 3 años antes de que podamos notar irregularidades mediante el autoexamen. Es por ello, que, a partir de los 40 años, se debe realizar una mamografía anualmente.
Las mamografías no detectan todos los tipos de cáncer
Verdadero. Es por ello que, en ocasiones, se complementa la mamografía con otros estudios como lo pueden ser las ecografías mamarias.
Los rayos X de las mamografías producen cáncer
Falso. Para realizar mamografías se utilizan aparatos especiales que emiten bajas dosis de radiación, por lo que, realizando el estudio de manera adecuada, no supone ningún efecto nocivo para la salud.
Hace un tiempo atrás, se comenzó a hablar de la necesidad de utilizar un protector de tiroides al momento de tomar las imágenes radiográficas. Realmente los rayos que llegan a esta zona son dispersos y la radiación es tan baja que no es necesario usarlo, pero si su uso te brindará mayor tranquilidad, puedes solicitarlo al momento de realizar el estudio.
Las mamografías se realizan únicamente en mujeres
Falso. Debido a la gran cantidad de casos de cáncer de mamas en mujeres, la mamografía se ha vuelto un estudio de rutina para el sexo femenino. Sin embargo, también se realizan mamografías en hombres que presentan alto riesgo de padecer cáncer de pecho.
Como habrás visto, las mamografías salvan vidas y los mitos en torno a este estudio son, mayormente, falsos. Por lo que, si es tu caso, debes perderle el miedo y comenzar a cuidar tu salud realizándote una mamografía cada año, a partir de alcanzada cierta edad.