La mamografía es un examen de imágenes que tiene la finalidad de diagnosticar enfermedades en los senos. Este muestra la existencia de algún nódulo, microcalcificaciones, asimetría y otros tipos de cambios en las mamas.
El aparato utiliza una dosis baja de radiación y es un examen bien conocido por ser el principal método de detección y prevención del cáncer de mama. Entonces, si nunca lo has hecho, mira cómo funciona y qué esperar cuando lo hagas.
Tipos de mamografía
En 1966, se lanzó la primera máquina exclusiva para realizar este examen. Unos años antes, las imágenes se obtenían por medio de máquinas de rayos X comunes con baja precisión.
En Brasil, el mamógrafo, nombre del dispositivo utilizado, llegó en 1971 y fue presentada por el Instituto Brasileño de Control del Cáncer (IBCC). Con este aparato, que ha revolucionado la mastología en el país, se pueden realizar dos tipos de examen de los senos.
Mamografía convencional
El tipo convencional se parece más a un examen de rayos X común cuando la imagen se imprime en una lámina. Para que ocurra esta impresión, la máquina captura una secuencia de imágenes del interior del seno, como una película, y luego se revela esa secuencia. El material en el que se imprimen las imágenes debe protegerse contra la humedad y el calor para no dañar la imagen. De lo contrario, se debe hacer otro examen.
Mamografía digital
No pasó mucho tiempo antes de que los mamógrafos de alta tecnología comenzara a ocupar el lugar de los primeros modelos. Después de todo, era necesario realizar un examen con más precisión y agilidad. En lugar de imprimirse, el resultado de este examen va al ordenador y aparece en la pantalla del radiólogo. Las imágenes se pueden ampliar en la pantalla y el resultado es más seguro que si se imprimiera en una placa grande como las radiografías tradicionales.
Este tipo de examen es más rápido que el convencional y se divide entre los tipos directos e indirectos. Lo que cambia entre estos es el método que se emplea para llevar las imágenes del examen a la pantalla del ordenador. Para ti, el procedimiento siempre será el mismo, ya sea para un examen convencional o digital.
¿Cómo se hace este examen?
En el momento de realizar el examen, la persona llevará puesto un delantal cedido por la propia clínica ya que tendrá que quitarse la camiseta y el sujetador.
La persona se acerca al mamógrafo quedando de pie enfrente al aparato, el cual estará dentro de una sala adecuada para la realización del examen de rayos X. El técnico ayudará a la mujer a colocar la mama correcta para que el aparato realice la compresión. La persona debe permanecer inmóvil para que las imágenes capturadas tengan calidad y precisión.
El motivo de esta compresión es la necesidad de tener un entorno claro para capturar las imágenes. Es preciso hacer que el pecho quede firme y con su interior más estirado para que las imágenes sean buenas y se puedan observar los detalles más pequeños.
Después de realizar el procedimiento de compresión y captura de las imágenes de las dos mamas, se libera la presión de la mama. El tiempo medio de este examen es de 15 minutos.
¿Cómo prepararse para el examen?
No se requiere ninguna preparación especial antes de hacer esta prueba. No obstante, es recomendable tener algunos cuidados simples como evitar las cremas, perfumes, aceites o desodorantes en la piel para evitar dañar la captación de las imágenes.
Si te has hecho esta prueba alguna vez, debes llevar el resultado anterior por si fuese necesario comprar las resultados.
Otra recomendación es evitar que la prueba se programe para días cercanos al inicio o al fin de la menstruación ya que en esa fase podrás sentir más dolor debido a los síntomas del síndrome premenstrual. También porque el tejido glandular de los senos está más denso, lo que puede interferir con la calidad de la captura de la imagen.
Las mujeres con prótesis de silicona pueden realizar el examen normalmente. Sin embargo, deben informar al técnico responsable al respecto. El examen es realizado por un técnico de radiología que opera el mamógrafo.
¿La mamografía duele?
Por la manera en que se realiza el examen, al comprimir el seno entre el dispositivo, puede parecer doloroso. Empero, esta compresión es tolerable. De hecho, es como una molestia. Esta es la única sensación que el cuerpo experimenta con este tipo de examen.
Resultados del examen
En primer lugar, el radiólogo es el médico que analizará el resultado. Después, el examen también será revisado por el médico que lo solicitó. Por lo general, para las mujeres, este es el ginecólogo.
Existe un estándar mundial llamado Breast Imaging Reporting and Data System (BI-RARDS). Este patrón sirve para categorizar diferentes tipos de lesiones en las mamas. Hay seis categorías que, generalmente representan:
- Categoría 0: es preciso hacer una nueva prueba porque las imágenes no son lo suficientemente buenas.
- Categoría 1: no hay señales de lesiones con potencial cancerígeno. Las mamas están simétricas.
- Categoría 2: los senos presentan lesiones benignas, no hay indicativo de cáncer.
- Categoría 3: hay presencia de lesión con muchas posibilidades de que sea benigna. Proceder con otros exámenes.
- Categoría 4: lesiones encontradas y existe entre un 20 y un 35% de posibilidades de que sea cáncer. Proceder con otros exámenes.
- Categoría 5: anomalía con 95% de probabilidades de ser maligna. Proceder con una biopsia.
- Categoría 6: presencia confirmada de un tumor en la mama, confirmado después de la biopsia.
La biopsia es un examen para el cual el médico removerá una pequeña parte del tejido mamario para analizarlo en el laboratorio. Debido a que es un examen un poco más invasivo, por lo general, se realiza después del examen por imágenes, cuando es necesario.
¿A qué edad se debe comenzar a hacer esta prueba?
Para la prevención o el tratamiento precoz del cáncer de mama, se recomienda que las mujeres realicen un examen por año a partir de los 50 años. Hay hospitales y médicos que recomiendan comenzar a la edad de 40 años. Sin embargo, aún hay dudas sobre si la radiación utilizada para la prueba puede dañar la salud de las mujeres a largo plazo. A pesar de que esta radiación es muy baja, sería una diferencia recibirla 12 veces más en la vida si se empieza a realizar la prueba a los 40 años de edad.
Las mujeres que tengan casos de cáncer de mama en la familia, las recomendaciones son unánimes. Estas deben comenzar el examen antes, alrededor de los 35 años. La razón es que aquellas que tienen casos en la familia tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. A pesar de ello, si se vigila la salud de los senos todos los años, en el caso de detectar algún problema, aún estará en la fase inicial, y la posibilidad de curación será aún mayor.
Además de estos dos casos, la mamografía sólo debe realizarse cuando existe la sospecha de un problema muy específico en los senos, el cual se debe observar a través de la radiografía.