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Está confirmado científicamente que madrugar afecta la salud de las personas

Desde migrañas hasta bajas defensas, el madrugar lo puede perjudicar más de lo que imagina

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¿Es usted de las personas que les cuesta levantarse temprano o que a pesar de estar despierto siente que no funciona hasta pasadas unas horas de salir de la cama? Entonces, ahora le contamos que ya tiene la justificación que necesitaba para quedarse unos minutos más durmiendo.

Normalmente se piensa que las personas que se levantan más tarde son lentas y flojas o que sencillamente no tienen mucho que hacer, pero un grupo de científicos de la Universidad de Westminster (Reino Unido), ha realizado estudios que afirman que madrugar es nocivo para la salud, manifestando que las personas que se levantan temprano tienen más estrés, sufren de migrañas, dolor en los músculos, resfriados y mal genio.

Para el estudio fueron analizados 42 voluntarios, a quienes se les hicieron 8 pruebas de saliva durante 48 horas. El primer análisis se hacía exactamente al momento de despertarse y la conclusión a la que llegaron es que 24 de las personas que se levantaban a las siete de la mañana, tenían un índice alto de cortisol (la hormona directamente vinculada con el estrés) y también que ese nivel permanecía elevado durante el resto del día. Los estudios también arrojaron que las relaciones sociales de estos voluntarios eran muy malas en comparación al resto de las personas analizadas, así como el padecimiento de migrañas y propensión para resfriarse.

Angela Clow, encargada de la investigación, aseguró que “este trabajo es interesante porque aporta datos sobre las bases fisiológicas de las diferencias entre las personas que madrugan y que se despiertan tarde”. Antes se pensaba que levantarse temprano era una virtud que ayudaba a la concentración y a una mayor actividad. Pero estos resultados, demostraron que al levantarse temprano, surgen problemas de irritabilidad, bajan las defensas y hay un mayor cansancio al terminar el día.

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Por lo tanto, los investigadores llegaron también a la conclusión de que lo que perjudica, no son la cantidad de horas que duerme, sino de la hora en la que se despierta.

Ya sabe, abrace unos minutitos más su almohada que su familia, amigos y su organismo se lo agradecerán.

 

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