En cualquier etapa de la vida, la felicidad y la infelicidad están presentes: la misión es elegir cuál escoger. Puedes contestar diciendo que no siempre se elige la felicidad, pero si la miras desde otra perspectiva, estarás de acuerdo.
La felicidad no es algo permanente que se logra una vez y nunca más pierdes de nuevo. Es en los pequeños momentos y elecciones que haces todos los días, en la forma en que eliges lidiar con las situaciones en las que estás colocado, incluso en las más trágicas.
Sin esta perspectiva, muchas madres no pueden equilibrar la maternidad y la felicidad, como si una no pudiera vivir con la otra. Está claro que te sientes feliz en los momentos más fáciles como cuando tu hijo está sano, se porta bien, duerme o hace gracias.
Pero hay mucha más felicidad por descubrir, también en momentos en que tu vida no es tan tranquila. Sigue leyendo y mira si practicas uno o más de estos hábitos que se citan.
Si la respuesta es sí, empieza a dejarlos de inmediato hasta que puedas deshacerte de ellos. Descubrirás que son la cortina que impide que tus innumerables momentos de felicidad entren por la ventana de tu vida.
1. No impongas límites a tu privacidad
Antes de ser madre eres una mujer independiente. Mereces tu tiempo y espacio para cuidarte. Muchas madres no se toman el tiempo que tienen cuando pueden porque olvidan que necesitan detenerse y relajarse para revitalizar sus energías.
2. No reconocer tus limitaciones
Las madres son leonas y guerreras, pero ningún ejército está formado por un solo soldado. Tienes límites, no trates de abrazar el mundo. Si lo haces, tu salud física y mental se verá afectada.
3. No te consideras responsable de tu propia felicidad
Cuanto más acuses a las personas que te rodean o la situación en la que te encuentras por ser culpado de tu infelicidad, más infeliz serás. Tu felicidad solo está en tus manos.
4. Corregir el comportamiento de los otros
Criar niños con buenos hábitos es una cosa. Querer cambiar el comportamiento de todos los que te rodean porque no te gusta es otra cosa. Muchas veces, es tu propio comportamiento lo que incomoda a los demás.
5. Sentirte culpable
El sentimiento constante de culpa te enferma. Si has hecho algo mal en el pasado y sabes que no deberías haberlo hecho, genial, has aprendido. Entonces, lo mejor que tienes que hacer es perdonarte a ti mismo y no cometer el mismo error de nuevo. No puedes cambiar lo que pasó, no pierdas tu vida con ese sentimiento.
6. Colocarte en el último lugar
Es muy común que la madre ponga a sus hijos y a su esposo en primer lugar. Algunas incluso hasta anteponen a su suegra a sí mismas. Pero este comportamiento te hace perder la conexión con tu yo interior y sentirte cada vez más infeliz. Debes cuidarte solo para ser un buen ejemplo para que lo sigan tus hijos.
7. No perdonar los fallos
Todas las personas cometen errores. Tú también te equivocas. Guardar rencor es como tener una inflamación en el pecho que no te permite respirar adecuadamente. Cuando puedas perdonar a los demás, verás lo fácil que será perdonarte a ti mismo. La mayoría de las cosas no son tan importantes como para que merezca la pena guardarlas.
8. No oír a tu espiritualidad
Cada uno tiene su propia fe, independientemente de su religión. Lo importante es que alimentes tu fe a diario, renueves tus votos con la vida y estés dispuesto a mejorar cada día.
9. Aferrarse al pasado
Aferrarse al pasado tiene el mismo efecto de frustración que no perdonar a los demás ni a ti mismo. Concéntrate en el presente y haz planes para el futuro.
10. Ignorar tus instintos
Los instintos son muy poderosos. Tú como madre lo sabes perfectamente bien. Tú sabes cuando tu voz interior te está enviando un mensaje, así que escucha sin miedo a ser criticado o juzgado.
11. Ceder a la voluntad de los otros constantemente
Debes saber cómo establecer límites y decir no cuando sea necesario. No renuncies a ti misma, a tus sueños, a tu salud o integridad para satisfacer un deseo que no es tuyo.
12. Tener expectativas inalcanzables
Para ver la felicidad es importante dar un paso cada vez. Soñar es necesario, pero debes elaborar un plan para hacer realidad ese sueño, ya que cada búsqueda tiene un camino por recorrer. Querer algo que no puedes lograr ahora te hará sentirte constantemente derrotada.
13. Compararse con los demás
Nadie es igual a nadie y eres lo mejor que puedes ser de ti misma. Compararse con los demás es inútil, porque solo sabes de los demás lo que te permiten ver. Cada uno tiene sus altibajos, así que concéntrate en ser la mejor versión de quién eres.
14. Busca cosas o personas que te puedan hacer sentir mejor
Si no estás segura de ti mismo, no será un atuendo nuevo el que te hará sentir mejor. No busques la felicidad en ciertas cosas o personas. Esta está allí dentro de ti, solo déjala salir y, como consecuencia, lo que estabas buscando se acercará a ti.
15. Querer ser perfecta
Ser demasiado exigente puede traer grandes frustraciones. La perfección no existe, simplemente porque tiene un significado diferente para cada uno, y cuando crees que lo has logrado, comienzas a tener otras razones para ser aún más perfecta, es decir, nunca estarás satisfecha.
Sigue tu camino con tranquilidad, hazlo lo mejor que puedas, ama, cuida a tu familia y a ti misma. Relájate y deja entrar la felicidad.