Los años pasan pero el amor y la preocupación de los padres por sus hijos es un aspecto que nunca cambia. La historia de Ada Keating, es un ejemplo, esta mujer a sus 98 años de edad decidió mudarse a una casa de reposo por un motivo muy especial: ayudar a cuidar a su hijo más viejo, Tom, el cual tiene 80 años de edad. Además, esta amorosa madre quería pasar el poco tiempo que les queda compartiendo juntos.
Ada y su marido Harry tuvieron 4 hijos: Tom, Barbara, Margi y Janet la cual falleció con apenas 13 años de edad, antes de estar en la casa de reposo, Tom trabajaba como pintor y decorador para una contratista.
Tom se encuentra muy feliz con esta situación, afirma estar muy contento de volver a ver a su madre con más frecuencia ahora que viven juntos, se siente protegido debido a que su madre cuida de él y también le ayuda a comportarse mejor.
La mayoría de las personas que trabajan en la institución aseguran que el lazo que tienen Ada y Tom es único y que su buen humor les facilita mucho su trabajo diario.
Tom y Ada son inseparables, asegura la enfermera encargada de cuidar a Tom.
Es muy extraño ver a los hijos y a las madres juntos en la misma casa de reposo y por esta razón, la institución está decidida a que su tiempo unidos sea el máximo posible.
Ada asegura que jamás se deja de ser madre, sin importar la edad que se tenga.
Si desea conocer más sobre esta hermosa historia le invitamos a ver el siguiente video, se encuentra en inglés, pero igualmente es maravilloso:
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