El sistema linfático recorre todo el cuerpo humano. Este promueve la recolección de líquido filtrado por los vasos sanguíneos, capturando muchos nutrientes y células de defensa en el camino para llegar al corazón, y después devolver el líquido al torrente sanguíneo. Pero cuando este proceso ocurre de manera defectuosa, comienza el linfedema. Si nunca ha oído hablar de él, conoce ahora sus causas y tratamientos.
Qué es el linfedema
De acuerdo con el Instituto Oncoguia, el linfedema es la retención de líquido localizada que ocurre debido a alguna obstrucción o bloqueo en el sistema linfático. Esta retención permanece en los tejidos blandos del cuerpo, causando hinchazón.
El líquido que queda retenido en los tejidos blandos sale naturalmente del torrente sanguíneo y es captado por el sistema linfático, pasando a llamarse linfa. Esta se transporta a través de los vasos linfáticos y pasa a por los órganos llamados ganglios linfáticos, adenoides y bazo, recibiendo de ellos las células de defensa del cuerpo y otros nutrientes para regresar de nuevo al torrente sanguíneo.
Pero cuando el líquido no es captado correctamente en los vasos linfáticos, este se acumula en el exterior, creando una inflamación en los brazos o las piernas llamada linfedema.
Causas
Puede tener una causa congénita. En este caso, la persona nace con malformación en las vías linfáticas o nace sin ellas. El problema se manifiesta antes de los 35 años cuando es congénito.
Pero lo más común es que este problema se adquiere como consecuencia de lesiones en el sistema linfático.
Las causas más comunes de estas lesiones son radioterapia, cirugías para ciertos tipos de cáncer, quemaduras, liposucción, además de cirugías en los vasos sanguíneos y para extirpar nodos, también pueden causar.
Síntomas
Los síntomas desarrollados pueden no ser inmediatos. Hay casos en los que pueden aparecer incluso 15 años después de la lesión del sistema linfático. Cuando los síntomas están presentes, los más comunes son:
- Dolor, sensación de pesadez u opresión, enrojecimiento, debilidad en una de las extremidades;
- Disminución de la flexibilidad de la muñeca o el tobillo;
- Los zapatos o anillos quedan muy apretados.
- Las extremidades inflamadas, habitualmente brazos o piernas, son más vulnerables a las infecciones. Pequeños cortes, micosis, rasguños o picaduras de insectos pueden convertirse en infecciones graves. Con cada infección, aumenta la posibilidad de hincharse más y desarrollar otra infección. El linfedema crónico también puede asociarse con fibrosis, que es el endurecimiento de los tejidos.
¿Tiene cura?
Este problema es crónico, por lo que no existe una cura definitiva. Pero existen tratamientos paliativos y cuidados que se deben tomar en el día a día para vivir mejor con el problema, evitando la hinchazón y otros síntomas.
Tratamientos
Los tratamientos recomendados por el médico dependerán de la causa y la etapa del problema, además de otros factores, como el estilo de vida y el historial de salud del paciente. Todos los tratamientos tienen como objetivo mantener el problema bajo control, ya que aún no existe una cura definitiva.
Cuidados del día a día
- Debes lavarte la pierna o el brazo afectado, seca bien e hidrate con crema o loción.
- Las actividades como la jardinería o la cocina, que pueden provocar cortes y otras lesiones, deben realizarse con guantes.
- Si vas a afeitarte el área afectada, usa una depiladora eléctrica.
- No camines sin zapatos.
- No cruces las piernas cuando estés sentado.
- Si un brazo se ve afectado, no cargues ningún peso.
Terapias
Muchas personas se benefician del drenaje linfático o del uso de medias o mangas para reducir la hinchazón. También se aconseja tener un tratamiento de fisioterapia durante 3 a 6 meses, dependiendo del caso.
Remedios
Los remedios son recomendados por el médico. Se usa un medicamento linfocinético que tiene la capacidad de incrementar la circulación de los vasos linfáticos, reduciendo la hinchazón.
Cirugía
Cuando la etapa del problema está avanzada, es posible que sea necesaria una cirugía, pero aún no es para curar por completo, a penas para mantenerlo bajo control.