El ombligo es una parte del cuerpo a la que muchas personas dejan de prestar atención y ni siquiera saben que necesitan limpiarla. Pero la verdad es que acumula mucha suciedad e incluso genera un mal olor. Por eso, debe limpiarse con frecuencia. Para limpiar el ombligo debes tener cuidado, porque es muy sensible, ya sea en bebés o adultos. Mira cómo hacer para limpiar esta zona utilizando los materiales y productos correctos, evitando magullarlo o inflamarlo.
Cómo limpiar el ombligo
El ombligo es una cicatriz que permanece en el cuerpo después de que el cordón umbilical ya no es útil, es decir, poco después del nacimiento. Pero, a pesar de que no tiene una función en el día a día, esta parte del cuerpo tiene una piel muy sensible y pliegues internos que acumulan suciedad y apestan fácilmente. Por eso, debes limpiarlo, al menos, una vez a la semana o cuando notes que está sucio.
- En el baño: una de las formas más prácticas y fáciles de limpiarlo es mientras te estás duchando. Enseña esto a los niños que ya saben cómo lavarse, ya que es una forma simple y no dolerá, siempre que cuiden sus uñas puntiagudas. Después de que el cuerpo ya esté tibio por el agua del baño, simplemente frota un poco de jabón en tus manos y usa un dedo para lavarte suavemente el ombligo. Luego solo enjuaga y ya estará. También es necesario secarlo muy bien con la toalla de baño, ya que la humedad en el ombligo puede provocar colonias de hongos y bacterias.
- Con un cotonete: algunas veces, a penas lavarse en el baño no resolverá, ya que los ombligos de muchas personas tienen múltiples pliegues de piel y necesitan un instrumento más delgado para eliminar la suciedad. En este caso, después del baño, agarra un cotonete, embébelo en suero fisiológico, ves a un ambiente bien iluminado y límpialo suavemente hasta que salga toda la suciedad. Seca con una toalla limpia y esto ya será suficiente.
Cómo limpiar el ombligo del bebé
En el caso de limpiar que tengas que limpiar el ombligo de un bebé, debes tener aún más cuidado, ya que esta región todavía se encuentra en la fase de cicatrización. Debe tener cuidado no solo para que el bebé no sienta dolor, sino también para prevenir inflamaciones. En los primeros días después del nacimiento, el bebé aún tendrá un pedazo del cordón umbilical que queda después del corte.
Este pedazo (muñón) se secará, se pondrá negro y se caerá solo entre 10 a 21 días, pero hasta entonces, necesitan los cuidados especial que los padres reciben del pediatra. Después de que cae el muñón, el sitio queda con una herida que puede tardar unos 10 días en cicatrizar. Solo después de esta fase, el bebé tendrá su ombligo.
Cuando el bebé todavía tiene el muñón, este debe mantenerse limpio y seco para prevenir infecciones e incluso el tétanos, enfermedad que puede ser fatal para el bebé. Para limpiar el muñón, se debe aplicar alcohol al 70% directamente sobre este, en cada cambio de pañal, limpiando delicadamente el sitio. No precisas ningún vendaje ya que dejar esta región libre ayuda a que el muñón se seque y se caiga. Es muy importante recordar lavarse bien las manos antes y después de esta higiene.
Después de que el muñón cae y el ombligo cicatriza, los padres pueden proceder a la limpieza de la misma forma que en los adultos, es decir, durante el baño con agua tibia y jabón, o con un cotonete empapado en suero fisiológico después del baño. Al final de la limpieza, el ombligo debe estar muy seco.
Si notas signos de enrojecimiento, picazón o secreción en el área, lleva al bebé al pediatra y nunca intentes tratarlo sin los consejos de un médico.
Importante: Recuerda que los consejos expuestos en este artículo no remplazan a la opinión de un doctor.