En 2011 la ley antitabaco fue una revolución en los comercios. Debido a esta norma, se prohibió fumar dentro de cualquier establecimiento cerrado en España. De esta manera, se quería evitar que la gente fumase tanto. Asimismo, salvaguardar la salud de los fumadores pasivos. No obstante, 8 años después, los datos no son alentadores.
La ley antitabaco no ha surgido efecto
Si ya en 2017 los datos eran poco alentadores ya que, según la encuesta del Ministerio de Sanidad, los fumadores eran 4 puntos porcentuales por encima que en el 2010, las últimas cifras son aún menos alentadoras.
La encuesta de la Semfyc reveló días atrás que el 23,3 % de la población de España es fumadora. Este dato supone 2,3 puntos porcentuales más que las cifras de 2017. Esto se debe a que exfumadores han vuelto al vicio y a que los jóvenes empiezan a fumar cada vez más temprano. Cabe destacar que, en los últimos 3 años, se ha pasado de 37 % de exfumadores al 33,7 %.
Otro de los factores a tener en cuenta de esta encuesta es el hecho de que no se está cumpliendo la ley antitabaco a raja tabla. De los 9.000 encuestados, 2 de cada 3 tienen la sensación de que la gente fuma en las terrazas de los establecimientos aunque no tengan más de dos paredes.
La gente se ha relajado con el cigarrillo
La ley antitabaco fue muy polémica cuando se hizo efectiva. Pero esta fue un gran avance para concienciar a la gente de las consecuencias del cigarrillo. Sin embargo, casi una década después, tanto la población como algunos establecimientos se han relajado. Algunos expertos culpan de dicha situación a las instituciones políticas.
Cierto es que la legislación ha evolucionado. Un ejemplo es el empaquetado de las cajetillas de tabaco para adaptarse a las normas de la Unión Europea. Otro es la prohibición del uso del cigarrillo electrónico en centros médicos y educativos.
Carlos Jiménez, presidente de la Sociedad Española de Neumología (Separ), ha apuntado que “la ley no está regulando como es debido estas nuevas formas de consumo de tabaco.” Un ejemplo de ello es el tabaco electrónico. Este se publicita y vende como una alternativa saludable al tabaco convencional en cuanto no lo es.
Uno de los problemas de la ley antitabaco, según Jiménez es que esta es “muy prohibicionista y no asistencial.” Esto significa que no ayuda a aquellos fumadores que desean dejar el cigarrillo. Tampoco a esos que cada vez son más dependientes del tabaco, a los cuales las prohibiciones no le han quitado las ganas de encenderse un pitillo.
Soluciones
Una manera de reforzar la ley antitabaco para conseguir que descienda el número de fumadores es formar más a los sanitarios. La financiación de los medicamentos para dejar de fumar, poner más unidades de tabaquismo y ampliar las medidas asistenciales también será de gran ayuda.
Un ejemplo de que estas medidas funcionarían es el caso de Navarra. En esta comunidad autónoma en el año 2018 se destinó una partida de 734.000€ para los fumadores. De esta inversión, 6.139 personas se beneficiaron. En números, esta ayuda hizo que el número de consumidores del cigarrillo cayese al 24,2 % en Navarra. Dicha cifra supone 10 puntos porcentuales menos que la media de España.
Subir el precio de las cajetillas de tabaco, vigilar más de cerca el empaquetado de los cigarrillos y aumentar la prohibición de los espacios al aire libre donde, por el momento aún se puede fumar, son otras de las medidas que se deberían tomar.
Para finalizar, en el siguiente vídeo no dejes de ver 15 consecuencias de fumar para tu salud.
