Hay ciertos períodos de la vida en que los niños se vuelven particularmente difíciles. No es ningún secreto para nadie que la adolescencia es una de aquellas fases en que parece que los jóvenes viven agotando la paciencia de quienes los rodean. Pero en ocasiones, lo que es necesario saber es cómo lidiar y hablar con estos ‘casi adultos’. O, caso contrario, darle una cucharada de su propia medicina.
Empleado da una gran lección a los alumnos de un colegio privado
La historia de Eulogio, empleado de una escuela en Washington, es un gran ejemplo de vida. Todos los días llegaba tarde a casa porque tenía que quedarse en el trabajo limpiando las manchas de lápiz labial del vidrio de los baños. Todo porque las jóvenes que usaban maquillaje, encontraban muy gracioso dejar en los espejos las marcas de sus labios. Una cosa típica de las jóvenes de esa edad, algo inofensivo. Pero eso no era justo con las personas que trabajaban duro limpiando tales “jueguitos”.
¿Qué hacer? La primera tentativa de solventar la situación fue por las buenas. El conserje presentó una queja ante la directora, quien rápidamente reprendió a las jóvenes y les pidió que no repitieran tal acción. ¿Tuvo resultados? ¡No! Ocurrió precisamente lo contrario. Y fue entonces que Eulogio pensó: “Si no es por las buenas será por las malas”.
¿Quiere saber cuál fue la solución encontrada? Las jóvenes de la escuela fueron llamadas al baño, para acompañar de cerca cómo era hecha la limpieza del espejo. Además de ver que era una tarea super pesada, tener que quedarse en el trabajo quitando las marcas de lápiz labial, las estudiantes se quedaron sorprendidas cuando vieron que ¡El agua que utilizaba para limpiar el espejo, era sacada del inodoro! (como puede ver en el siguiente video, que es una dramatización de lo ocurrido) Conclusión: ¡nunca más besaron el espejo en la escuela!
¿Le gustó? Comparta esta divertida lección de vida, que podrá servir de reflexión para los jóvenes malcriados.