¿Qué es la felicidad? A esta pregunta se podría responder de millones de maneras. Dependiendo de la persona, la felicidad puede significar una cosa u otra. Pero lo que sí que está claro es que la felicidad no es un lugar ni un destino, sino un estado de ánimo y que unos deciden tomar y otros no. Es más, las personas que son felices no pierden tiempo haciendo daño a los demás.
Las personas que son felices no pierden tiempo haciendo daño a los demás
Tener un trabajo que te agrade, una buena casa, una pareja estable y una vida acomodada son cosas que ayudarán a que te sientas bien. No obstante, incluso teniendo todos esos factores de cara, que a priori son indicativos de alegría, una persona puede ser infeliz dado que el quid de la cuestión está en la actitud con la que te tomes las cosas y decidas vivir.
Todo el mundo tiene altibajos en la vida, se equivoca, tiene que pasar por fases más duras, pero si te regodeas todo el día en la negatividad, peor te irán las cosas. En cambio, si decides mirar el vaso medio lleno, aprender de las lecciones de vida y seguir adelante con positividad, te darás cuenta que las cosas no son tan terroríficas como parecen.
Dicho esto, ¿te has parado a pensar alguna vez por qué tu jefe está siempre enfadado? Por un lado puede ser arrogancia. Pero, lo más probable sea que es porque es infeliz, y por ello cuando está en la oficina busca el mínimo error para hacerle la vida imposible a sus empleados. En contrapartida, las personas que son felices no pierden tiempo haciendo daño a los demás. Para estas lo más importante es estar bien consigo mismas y transmitir buenas vibraciones y sensaciones por allá por donde pasan.
Además, quien es feliz, está preocupado en su salud mental y física, en mejorar cada día y en ayudar a los demás en todo lo que pueda, y no como los frustrados y rencorosos que están a la espera de que cometas el mínimo fallo para machacarte.
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La gente feliz es grata y se alegra del éxito de los demás
Los individuos que están contentos son gratos y están agradecidos con la vida por las cosas que le pasan. Esta actitud ayuda a que su autoestima se vea incrementada, además de ayudarle a superar los traumas que puedan tener, el estrés y a alejar las emociones negativas de su ser.
Asimismo, como las personas felices no pierden tiempo haciendo daño a los demás ni están a la espera de que metan la pata, son gente que se alegra de los éxitos cosechados por los otros. La felicidad ajena la toman como propia, y no como un signo de soberbia, sino de buen corazón.
Quienes son positivos aman estar con las personas que quieren y siempre intentan pasar el mayor tiempo posible con ellos. Son de demostrarle lo que sienten, los escuchan, les prestan atención y siempre están cuando el otro los necesita.
La negatividad y hacer daño a los demás no te va a llevar a ningún lado. En cambio, al que más daño le hará la ira y el rencor será a ti. Por lo tanto, sé feliz y deja que los demás lo sean con sus vidas. Con esta actitud, todo fluirá y las cosas te irán mejor.
Para finalizar, puedes conocer más detalles sobre el poder de la postividad en el próximo vídeo.
