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Las manos que están acostumbradas a dar, es muy difícil que se vacíen

Aunque algunas personas sienten que al dar están perdiendo algo, no es así

Crédito de la imagen: Fbcdn

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Al decir que es prácticamente imposible que las manos que están acostumbradas a dar se queden vacía, puede que haya personas que consideren que esto no es así. Se tiene la concepción de que al entregarle algo a los otros, ya sea el nivel energético, el patrimonio o el dinero en sí de uno se ve reducido. Pero, esto no es así. Aquellos que comparten con los demás, sin estar esperando nada a cambio, nunca acaban con menos de lo que poseían.

Es muy difícil que las manos que están acostumbradas a dar se queden vacías

Cuando uno hace algo de corazón, sin esperar que el otro le devuelva el favor, no está perdiendo lo que le corresponde. Si se habla de una manera abstracta, puede que cueste entender esto, dado que si de un todo se saca algo, dicho todo disminuirá. Sin embargo, esto es tan solo una ilusión, puesto que lo que ocurre después es que, por distinto medios, empiezan a llegar muchas más cosas nuevas que la cantidad que se extrajo.

Por lo tanto, no tengas miedo o reticencia a compartir aquello que tienes. Da siempre de corazón y sin esperar nada a cambio. Puedes tener la certeza que las manos que están acostumbradas a dar, difícilmente se quedarán vacías.

Esta actitud se aplica a todos los escenarios, ya sea el amor, el conocimiento, la amabilidad, la parte económica o la gentileza, entre otras cuestiones. Cuando una cosa sale de ti, el universo, antes o después, se las arregla para devolverte lo que diste y en mayor cantidad.

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Para comenzar, nada mejor que activar o estimular tu energía, dejar que fluya y contagie a los demás, siempre de forma natural.

Actitudes que cambiarán tu vida

Es importante que, si todavía mantienes las siguientes actitudes, empieces a dejar de realizarlas lo antes posible.

  • No dejar propina por los servicios;
  • Juntas cosas que no utilizas;
  • Sentir pena o pesar al pagar una cuenta;
  • Ahorrar plata sin tener un objetivo, a penas por tener, por si es preciso;
  • Sentirte pobre;
  • Tener la sensación de que no eres amado;
  • Querer solo en la medida que te sientes amado;
  • Regatear por un servicio o tratar de imponer tú el precio;
  • Definir tus acciones en función de lo que recibes;
  • Sentir que eres incapaz de ocasionar lo que deseas.

Estas simples acciones las puedes adoptar como un hábito cotidiano y corriente. Aunque consideres que, a simple vista, te pueden traer escasez, no es así. El hecho de dar te reporta el efecto contrario. Esto te conecta con la abundancia y, al mismo tiempo, ayuda a que estés dispuesto siempre a dar lo mejor de ti.

Eso sí, es importantísimo que lo hagas de corazón. En el momento en el que das de manera obligada o sacrificada, al considerar que estás perdiendo parte de tu riqueza y/o bienestar, lo bueno no volverá a ti. Al estar, implícitamente, dando algo con dolor, transmitirás ese mensaje al universo, y lo bueno no regresará.

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Contar con la posibilidad de dar algo es una gran bendición. Siéntete afortunado de poder tener esa chance. Agradece también por lo que ya tienes y ten la seguridad que al compartir lo tuyo, estás influyendo de una manera bien positiva en los demás.

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No te pierdas el siguiente material audiovisual. Gracias a este podrás tener qué dice la ciencia sobre la generosidad.

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