Pasaron 20 años para que Klynn Scales pudiera reencontrarse con el policía que le salvó la vida. Klynn era una niña que sufría en su casa condiciones de maltrato. Se trataba de un hogar donde reinaba las drogas y la violencia, ubicado en Cansas City.
En el medio de ese escenario, hasta la comida era un privilegio. Cuenta Klynn que, de hecho, llegó a robar comida alguna vez para poder alimentar a sus hermanos.
El oficial de policía Jeff Colvin era consciente de esa situación. Sabía que en esa casa había problemas graves y, por eso, en sus rondas cotidianas siempre acostumbrada pasar por el frente de la casa. Klynn se acostumbró a verlo, y cada día en la mañana, se paraba en la ventana y lo saludaba desde lejos.
En una entrevista que Klynn ofreció al canal de noticias WGN, declaró: ”En aquellos días oscuros me brindaba un poco de luz saber que él estaba ahí… que siempre nos protegería. Yo me convencí de eso misma para lograr soportar lo que fueron los peores momentos de mi infancia”.
Un día, Jeff notó que Klynn no había salido a saludarlo, y fue entonces cuando supo que algo malo debía hacer ocurrido. Sin pensarlo dos veces, decidió tocar la puerta para verificar que todo estuviera en orden. Pero fue inútil. Nadie atendió a su llamado. De manera que el oficial decidió entrar a la casa.
Su instinto no había fallado. Sí había pasado algo: Klynn yacía famélica en la cama, con un severo cuadro de desnutrición, y su familia no hacía nada por ella. De inmediato, Jeff la tomó en brazos y la llevó al hospital más cercano, donde le dieron atención primaria.
Sin embargo, desde entonces Jeff no volvió a saber nada de Klynn, pues su familia se mudó de la ciudad tras el incidente.
20 años después, Klynn decidió ir al encuentro de aquel que había salvado su vida y le había cambiado su destino para siempre.
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