La infancia: una etapa crucial
La personalidad de cada individuo se consolida en una de las etapas más importantes de la vida: La infancia.
Durante esta somos como una hoja en blanco, en la que se dibuja y graba todo lo que absorbemos de nuestro alrededor.
La manera en que percibimos el mundo y nuestros valores e ideales en la adultez, dependen directamente de todo lo aprendido en nuestro entorno de pequeños, por lo que la etapa infantil es crucial para determinar quién seremos al crecer.
Puede que parezca obvio, pero en este periodo influyen cosas que podríamos no imaginarnos.
Es común que, en los hogares, a pesar de que los niños crezcan con un buen acompañamiento y buenos estímulos, no se les incluya en las decisiones, que muchas veces son vistas como “cosa de adultos”, incluso si se trata de un tema que les concierne.
¿Qué decisiones debería poder tomar un niño?
Los padres muchas veces no consultan a sus hijos ni siquiera en la manera en que visten, e insisten en escoger su ropa incluso si el menor expresa explícitamente que le gustaría probar otras alternativas.
Pero podría impresionarte lo beneficios que trae incluirlos en la dinámica familiar, e invitarlo a participar en las discusiones del día a día.
Si bien hay cosas que no son negociables, como la hora de ir a dormir o las tareas que debe hacer, hay muchas otras conversaciones donde pueden intervenir, como la decoración de su habitación o cuál será el menú del día.
¿Cuáles son los beneficios de incluir a los niños en las discusiones diarias?
Puede que parezcan decisiones pequeñas que no tienen ninguna importancia, pero dejar a los niños tomar pequeñas decisiones en el día a día es un excelente ejercicio de autoconocimiento, que les ayuda a desarrollar una identidad propia y les permite conocer qué les gusta a ellos realmente, creciendo como personas menos influenciables.
Dejarlos tomar sus propias decisiones les ayuda a formar este criterio propio, que los hace ser personas analíticas desde pequeños y evita eficazmente la dependencia hacia los padres o cualquier otra persona.
Incluirlos en la rutina familiar les ayuda también a escuchar los puntos de vista de los demás y a tomarlos en cuenta, ayudándolo a mejorar su capacidad para ser un mejor líder, y trabajar en equipo.
Desde una temprana edad aprenderán que cada acción tiene una reacción, de modo que serán capaces de visualizar las consecuencias de sus actos y lidiar con ellas.
Esto los hace convertirse en personas prudentes y responsables, que reflexionan antes de actuar y aplaca la ansiedad que muchas veces sentimos al encontrarnos en una encrucijada.
Por último, los niños que son incluidos en la toma de decisiones crecen sientiéndose seguros dentro de su familia. Puede que muchas veces tomen una decisión que no sea tu favorita, pero es necesario que los apoyes igualmente, para que crezcan sin sentir miedo a equivocarse y aprendan de los errores.
De este modo, sabrán que su familia les brinda un apoyo incondicional y en un futuro, cuando tengan que tomar decisiones más importantes, puedan tomar las correctas.
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¡Visítanos y aprende!