Estamos acostumbrados a llevarnos un limón a la boca y prepararnos para el sabor ácido. Pero existe una fruta mágica que puede hacer que el limón sepa dulce, ¿lo sabías?
Bueno, en realidad la fruta no es mágica, sino que éste es el nombre popular del Synsepalum dulcificum, una especie originaria de África Occidental, debido a la confusión que provoca en el cerebro al convertir los sabores agrios en dulces.
La fruta milagrosa se puede consumir sin miedo, pero desde el momento en que la comas, puedes prepararte para tener un cambio temporal en tus papilas gustativas.
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Durante unos 30 minutos después de ingerir la fruta mágica, podrás comer alimentos ácidos sintiendo que saben dulces. Es increíble, ¿verdad?
El efecto de la fruta se explica porque contiene una molécula llamada miraculina. Cuando se come la parte carnosa de la fruta, esta molécula se une a las papilas gustativas de la lengua.
Cuando esto ocurre, la miraculina altera las papilas gustativas y hace que cualquier alimento ácido que se consuma sepa dulce.
Por supuesto, no estaría bien tener un efecto permanente y no poder volver a sentir el sabor agrio nunca más. Por eso es aún mejor saber que el efecto es temporal y que las papilas gustativas tardan una media hora en volver a la normalidad.
Aquí tienes algunos comentarios de personas que han probado el efecto de la fruta mágica, y más abajo un vídeo de niños que también hacen la prueba:
“Las cervezas espesas, como Guinness y Newcastle Brown Ale, saben a leche con chocolate”.
“El vinagre sabe a vino”.
“La mostaza sabe a miel”.
“Las uvas saben a bombas de azúcar”. Los limones y las limas saben a campesinos alegres”.
“Los tomates saben a otra fruta”.
“Cada fresa o arándano es la fresa o arándano más dulce que hayas probado”.
“Bebí vinagre como si fuera limonada”.
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