A veces, por el hecho de tener vergüenza de contar lo que se está sintiendo o por pensar que es una tontería, muchas personas acaban haciéndose daño. Sin embargo, para este joven, el abandono con síntomas lo llevó por un camino sin retorno: la muerte. Con a penas 20 años de edad, murió a causa de una enfermedad rara, cuyos síntomas estaba ansioso por ocultar.
Cameron Duxbury siempre fue muy independiente, pero cuando ingresó en el Royal Bolton Hospital, dejó a toda la familia aprensiva y preocupada. Debido a las medidas de distanciamiento social impuestas por el coronavirus, tuvo que quedarse allí solo. Con un diagnóstico tardío de colitis ulcerosa, lamentablemente Cameron nunca volvió a su casa.
Él ya estaba notando que su cuerpo no estaba bien, tenía diarreas casi a diario, a veces con presencia de sangre y mucho dolor. Este no se lo tomó demasiado en serio, e incluso le dio vergüenza hacer un comentario al respecto, dejando el asunto de lado. Fueron 6 semanas así, hasta que su pérdida de peso le llamó la atención de los padres.
Presionado, se decidió a hablar sobre lo que estaba pasando y lo llevaron al hospital de inmediato. Allí le diagnosticaron colitis, se sometió a una cirugía, pero ya era demasiado tarde. Después de unos días en el hospital, falleció. Sus padres estaban devastados y su madre, Cherise Duzbury, dijo: “Tiene 20 años, pero sigue siendo mi hijo. Tuve que dejarlo [en el hospital] e irme, estoy absolutamente devastada. No puedo creer que se haya ido”.
A pesar del dolor, la familia está luchando por satisfacer el último deseo de Cameron: que más gente sepa qué es esta enfermedad y cómo tratarla, sin vergüenza de hablar sobre ella. Así que crearon una colecta para ayudar a la institución de Crohn’s & Colitis, la cual trabaja exactamente con esto. Aunque no acabará con el dolor, ayudará a dejarles el corazón más en paz.
Fuente: Mirror