Los pelos femeninos son controvertidos, pero están en camino de dejar de serlo. Algún día, hace unos siglos, era normal no depilarse. Entonces, ¿por qué no puede volver a ser así? Para acelerar este logro, que es un paso más en la libertad de las mujeres, algunas influencers están mostrando su verdadero bello, sin depilarse y sin vergüenza. Después de todo, aceptarlo y mostrarlo es una forma de normalizarlo.
Marcela Cantuária
En Brasil, la artista plástica de 30 años Marcela Cantuária es una de las influencers que se cansó de tratar de deshacerse del bigote que tiene desde pequeña. La presión social para que las niñas no tengan pelo es cruel, dificultando la autoaceptación de una cosa natural.
Marcela comenzó a sentir bullying en el colegio cuando tenía 10 años por causa de su vello facial. A esa edad, ni siquiera debería pensar en la estética corporal. “Recuerdo el día que llegué a casa de la escuela secundaria y me corté la cara con una cuchilla de afeitar. Ya no quería que me llamaran bigotuda”.
Después de unos años sufriendo con las sesiones de depilación, se dio cuenta de que no era una prioridad en su vida, ni económica ni estéticamente. “Las mujeres adultas tienen piel. Tengo una cantidad mayor por razones hormonales, pero eso me parece bien”.
Marta Supernova
La DJ y artista visual Marta Supernova, novia de la actriz Bruna Linzmeyer, aborda este tema del vello con buen humor. Cuando te apetezca, quítatelo. Cuando quieras un look diferente, déjalo crecer. Si los hombres pueden, ¿por qué no las mujeres?
“Es algo que me divierte. Si un hombre puede jugar con el vello facial, con ciertos rasgos de su apariencia, ¿por qué nosotros no? Me pregunto por el hecho de que las mujeres no tengan libertad sobre sus propios cuerpos. Creo que esto es violento”, afirma.
Joanna Kenny
La británica Joanna Kenny es una influencer y esteticista que utiliza sus redes sociales para normalizar el cabello femenino. Como todas las mujeres que apoyan este movimiento, simplemente se cansó del sufrimiento de la depilación y de la inflamación que trae como consecuencia.
“Aún recibo algunos comentarios de los haters por el hecho de que tengo el pelo en el bigote. Sé que al igual que el acné, los poros, las líneas y las arrugas, el vello facial se retoca en la mayoría de los medios, que es el punto de referencia de la mayoría de las personas para determinar qué es normal. Así que este soy yo normalizando el vello facial para cualquiera que creció creyendo que es algo de lo que avergonzarse”.
En otra publicación, Joanna hizo una reflexión muy importante sobre lo que es, de hecho, optar por mantener el vello facial y lo que la gente necesita entender al respecto para acabar con los juicios que tanto daño hace a la vida de quienes juzgan y también de quiénes son juzgados:
“Mi existencia no se trata sobre lo bonita que crees que soy. Final. El vello facial no me ensucia; no me hacen menos mujer; dejar mi vello facial no significa que no me cuido; tener vello facial visible no significa que tenga ningún desequilibrio hormonal, o que mi deseo de normalizarlo sea influir en quienes tienen este desequilibrio para que no se traten; el vello facial y corporal puede ser hereditario; escoger no quitarme el bigote no significa que no esté de acuerdo con la elección de otras personas. El punto es que todos debemos tener la libertad de tomar decisiones por nuestro propio cuerpo sin miedo a ser juzgados”.
El proyecto fotográfico de Marcela Guimarães
Otra mujer que decidió sumarse al movimiento fue la fotógrafa, videomaker y performer Marcela Guimarães, quien creó el proyecto @mulheresadultastempelos en 2018 para abordar, a través de fotos e historias, la cultura de la depilación.
Marcela fotografía a mujeres que, por algún motivo, deciden no depilarse el cuerpo en busca de libertad y autoaceptación.
Como ella misma describe en su página web, es una mujer y una profesional que investiga en su trabajo los lugares que ocupan las mujeres en la sociedad, su relación con lo privado, público y político.