Muchas veces se habla que es bueno que nunca pierdas ese niño que llevas dentro. Esta terminología se asocia a la inocencia que uno tiene cuando es pequeño, la cual va perdiendo a medida que crece y va pasando por diferentes situaciones en su vida. No obstante, es bueno que dicho término es un concepto que nació de la psicología. Es por ello, que debes saber bien a qué hace referencia y si percibes que presentas los indicios de que tu niña interior está herida, es el momento de cuidarla.
Indicios de que tu niña interior está herida y es el momento de cuidarla
Un niño ve la vida desde una perspectiva totalmente diferente a la de un adulto. Este se asombra con todo aquello que le es desconocido, quiere sin pensar, ríe porque sí, juega, salta, corre y vive todo de manera más intensa.
Esta concepción de inocencia y de tener la capacidad de sorprenderse con las más mínimas cosas, infelizmente, va quedando atrás con el paso de los años. Sin embargo, cuando alguien es ingenuo, por ejemplo, o tiene un comportamiento un poco infantil se dice que aún vive con el niño que era dentro de sí.
Como ya se dijo anteriormente, el concepto del niño interior nació de la psicología. En concreto, en la terapia gestalt con el fin de poder describir la estructura psicológica más sensible y vulnerable de las personas. En sí, este no habla de volver a ser inocente. Debes saber que ese niño que se lleva por dentro se ha construido de las experiencias vividas, tanto las buenas como las malas, que se tienen en los primeros años de vida.
Teniendo en cuenta el tipo de experiencias por las que se pase y cómo consigue lidiar ese niño, la persona será sana, o alguien con muchas cicatrices, las cuales afectarán a la hora de tomar decisiones, en la forma en que se ve la vida, y también en la manera de relacionarse con los demás.
Dado que esto se encuentra en un nivel inconsciente, la gente no suele darse cuenta de la importancia que tuvo para bien o mala mal su infancia en su presente y la que tendrá en su futuro.
Es por eso que, a continuación, se explican unos indicios de que tu niña interior está herida. Si tú los presentas, es el momento de que empieces a cuidarla con la ayuda de un profesional.
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Quieres tenerlo todo bajo control
Si no tienes siempre el control de todo no te sientes en paz. Esto es producto de que durante tu infancia no tenías el control de nada, y eso acabó haciéndote daño. Un ejemplo, es el hecho de que tus padres tomaran las decisiones de todo sin tener en cuenta tus deseos.
Por ello, no quieres que vuelva a ocurrir lo mismo, y de ahí que quieras tomar las riendas de todo.
El problema es que los excesos nunca son buenos. Por un lado o por otro, durante tu vida aparecerán obstáculos que no tenías previsto y de los cuales no puedes huir.
Reacciones desproporcionadas
Otro de los indicios de que tu niña interior está herida es que no sabes comunicarte de la mejor forma. Acumulas mucho dolor en ti, al igual que las cosas que te incomodan y tus verdaderos pensamientos. En consecuencia, es habitual que explotes ante pequeñas cosas.
Lo que pasa, es que esa actitud es el resultado de haberte guardado muchos detalles. Pero, como los demás no lo saben, tus reacciones desproporcionadas puedes hacerte más daño a ti a medio/largo plazo, al igual que dificultar tu camino.
Repites los mismos patrones en parejas
Cuando tu infancia fue complicada, una vez que creces repites los patrones de tus padres en tus parejas. Lo más grave del asunto es que son comportamientos y actitudes que siempre te molestaron y/o que no te agradan.
Tu autoestima está baja
Tu autoestima está tan por el suelo que las críticas te afectan muchísimo. Además, no te quieres nada y hasta sientes repulsión por tu persona.
Te atascas ante las equivocaciones
Errar es de humanos. Y es más, los errores, por lo general, son la mejor vía para aprender y crecer. Sin embargo, en tu caso, las equivocaciones hacen que te paralices y entres en un círculo vicioso que hace que cometas el mismo fallo una y otra vez.
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Para finalizar, en el próximo vídeo puedes aprender cómo es posible cuidar de tu niña interior.