Duele el corazón al saber que un niño indefenso sufre violencia en su casa, sobre todo cuando los abusadores son las personas en las que el niño debería poder confiar más.
No siempre es posible desconfiar que ocurren casos de violencia, ya que puede ser psicológica y no mostrar signos en el cuerpo.
Durante este período de la pandemia, se vuelve aún más difícil, ya que a nadie le resulta extraño que el niño esté dentro de casa por un largo periodo de tiempo, lejos del contacto con amigos, familiares y profesores.
El ejemplo más reciente que conmocionó a Brasil fue el niño Henry, de 4 años. A este lo encontraron muerto en su casa, con varias heridas graves en el cuerpo.
La madre y el padrastro del niño afirmaron que se había caído de la cama, pero pronto quedó claro que en la gravedad de las heridas había una causa violenta. Por eso, ambos están siendo investigados por homicidio doblemente calificado, por tortura y por la imposibilidad de la víctima para defenderse.
El mismo día de la muerte, Henry estaba en la casa de su padre, quien no sospechaba que su hijo necesitaba ayuda y que no podía volver a la casa de su madre.
Entonces, si sospechas que un niño conocido puede estar pasando por una situación de estas, descubre cómo identificarlo para denunciar lo que está ocurriendo y protegerlo.
Cambio repentino de comportamiento
Un niño que sufre violencia ya no puede comportarse de forma tranquila, alegre y confiada. Este empieza a mostrar un comportamiento temeroso, puede estar acorralada, callada, triste o incluso agresivo, como si tuviese la necesidad de tratar de defenderse todo el tiempo.
Señales en el cuerpo
Para las personas que están cerca del niño, pueden observar los brazos, piernas, cara y cuello, buscando verdugones, arañazos, hematomas y marcas de quemaduras. Esto no quiere decir que la violencia no exista en ausencia de estas marcas, pero es un indicio importante.
Alteraciones del sueño y del apetito
Por causa del trauma de la violencia, el niño puede tener dificultades para dormir o querer pasar el día durmiendo. Puede perder el apetito o pasar a comer compulsivamente en respuesta a la ansiedad. Cualquier comportamiento exagerado, para más o para menos, merece atención.
Miedo de ciertas personas
Si el niño se niega a estar cerca de determinadas personas, los adultos deben prestar atención a este comportamiento, puesto que no es una casualidad. A veces, la persona no es el agresor, pero es alguien parecido.
Si estás cuidando a un niño y, cuando se lo entregas al adulto responsable, notas que llora y no quiere irse con este, o cambia su comportamiento mostrando miedo, presta atención.
¿Cómo denunciar?
Incluso si no puedes probar la violencia, aún puedes denunciarlo a las autoridades correspondientes para que estas puedan verificarlo.
Puedes colocar una denuncia anónima en las diligencias de la policía de tu localidad y, si es posible, por internet.
Otra opción es acudir o llamar al Consejo del Menor de tu ciudad y ellos tomarán las medidas necesarias para verificar la denuncia.