No todos los días hay alguien por ahí que ayuda a otros de todo corazón. Sacrificar la carrera profesional de uno, entonces, es aún más raro. Pues eso es lo que hizo un barbero irlandés. Lenny White, de 37 años, ha dejado a un lado su carrera de 17 años como consultor de marketing para ayudar a los pacientes con demencia.
Lenny completó un curso de barbero en junio de 2016. En noviembre del mismo año empezó a afeitar a hombres de un centro de tratamiento de demencia. Su intención era hacer algo que valiera la pena. Y lo consiguió. No solo se sintió profesionalmente más feliz, sino que hizo que sus nuevos clientes se sintieran más bonitos.
Lenny White lavó los platos en la cocina cuando tenía 17 años. Al servir a la gente, le encantaba escuchar las historias que tenían que contar. Después de casi dos décadas en el negocio de las ventas, Lenny sintió que necesitaba un cambio. Quería sentirse útil, sentir que causaba algún cambio en la vida de los demás.
La empatía hace la diferencia
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La empatía hace la diferencia
Al comenzar a trabajar en el centro de tratamiento, Lenny logró su objetivo. El barbero se llevó un toca discos de su madre con él. ¡Fue una fiesta! Tocó clásicos de Frank Sinatra, Elvis Presley y Dean Martin mientras afeitaba a sus pacientes. El cambio fue inmediato. Los pacientes se calmaron, cantaron con la música y se sintieron mejor.
El barbero hizo de todo para que sus nuevos clientes se sintieran más próximos a sus identidades. El secreto de Lenny era la empatía. Ponerse en el lugar de esas personas mayores ha hecho que su actitud sea aún más exitosa. Al final, este lleva a estos hombres un poco de alegría a través de la música, la conversación y el cuidado de su autoestima.
La historia de Lenny White es una lección. Y de esta se saca una moraleja importante. Pasar un poco de tu día ayudando a alguien es una recompensa. Te beneficia a ti y a las personas que necesitan un poco de atención.