Wei Mingyin tenía 63 años cuando su hijo tuvo un grave accidente y entró en coma. Desde ese momento, ella no se movió de su lado ni un sólo día. Hasta que un día despertó del coma y sonrió. Conoce la historia de esta madre se enfrentó al hambre para cuidar a su hijo.
El poder del cuidado, la dedicación y el trabajo diario es impresionante. Incluso si no se mueve, una persona en coma puede tener algún rastro de conciencia. Según Scientific American Brazil (SCIAM), una persona en este estado tiene el cerebro gravemente dañado, ya sea por causa de una “lesión grave, hemorragia cerebral, paro cardíaco o ataque cardíaco”.
Según la revista científica, “Tan pronto como los pacientes abren los ojos, se dice que ‘despiertan’ del coma. Pero esto no significa que la persona esté consciente. Pero ese no fue el caso con del hijo de Wei, ya que no solo despertó, sino que también reconoció a su madre, 12 años mayor.
Madre cuida a su hijo en coma durante 12 años
Wang Shubao, el hijo de Wei, sufrió un accidente automovilístico cuando tenía 24 años. Esto sucedió en la provincia de Shandong, China, y dejó a Wang parapléjico e inconsciente. Este entró en coma y permaneció así durante 12 años hasta que despertó en su casa.
Mientras estaba en coma, Wei (su madre) lo cuidó sola, ya que su esposo ya había fallecido. Ella era responsable de su salud y del mantenimiento de la casa. Con el tratamiento del niño, todos los ahorros familiares se agotaron. Esto la llevó a sumar una deuda que corresponde a unos 14.000€.
A menudo no conseguía trabajos para hacer en casa y se quedaba sin dinero, incluso para comer. Pasó hambre varias veces, contando con el apoyo puntual de la familia para los suministros mínimos para la supervivencia.
Su rutina es realmente dura, especialmente para una mujer de 75 años. Ella se despierta exactamente a las 5 am todos los días. Desinfecta a Wang y lo alimenta. Aprovecha la oportunidad de hacer los ejercicios para evitar atrofia y llagas en la cama. Ella hace esto religiosamente todos los días, sin la menor señal de insatisfacción.
Fue entonces cuando entró, como de costumbre, en la habitación de su hijo para cuidarlo y tuvo una maravillosa sorpresa: Wang estaba despierto, mirándola y sonriendo. ¡Aunque todavía no se movía, su hijo estaba consciente!
Eso fue como aire fresco en la vida de Wei, dándole aún más fuerza para seguir cuidando a su hijo. Ella dijo que: “Nunca me rendiría con mi hijo y todavía espero que se recupere por completo”. Ella va a cuidar cada vez mejor de él y afirma que todavía va a escuchar a su hijo llamarla mamá de nuevo.
