La sociedad tiene la creencia de que los abuelos son sabiduría y experiencia, sin embrago esto es solo teórico, en ocasiones nuestra sociedad predica una cosa y practica otra. Actualmente, envejecer es motivo para apartar a la gente de la vida pública, laboral o social, a pesar de estar en estupenda forma para contribuir en cualquier ámbito.
Esa es la razón por la que los gestos de amor hacia los ancianos parecen tan inusitados, tan llamativos, tan ejemplares. Nos sorprenden hoy en día las cosas que debían ser costumbre, cotidiano o cultural, siendo el afecto familiar una forma de vida.
Dicho esto, cuando es un niño el que da el paso de darlo todo por un anciano, por su abuelo específicamente, la atención de todos queda atrapada en la historia, causando la sensación de que es posible un mundo diferente frente a una cultura dominante.
Esta es la historia de Enzo Meneguelli Pereira, un niño que desde hace mucho tiempo ha marcado la diferencia en la sociedad consumista, convirtiendo su historia en viral, veamos por qué.
Enzo: una historia de amor por su abuelo
Enzo es un niño que vive en Santa Gertrudes en Brasil, su abuelo quedó paralítico tras un accidente de moto justo un año antes de su nacimiento.
Por lo tanto, Enzo creció en un ambiente en el que su abuelo requería de ayuda y atención constante para poder realizar sus tareas cotidianas. De hecho, para facilitar el proceso de pasar al anciano de la cama a la silla de ruedas y viceversa, la familia optó por poner un sistema de gancho en el techo.
El primer vídeo lo grabaron para mostrar el procedimiento, como una especie de tutorial para la familia. Enzo ya contaba con dos años para ese entonces.
Así, Enzo se fue acostumbrando a ver este proceso, hasta que un día, quiso intentarlo él mismo. Su madre quedó sorprendida, y le dio la oportunidad. Lo que nunca imaginó, es que en verdad podía hacerlo solo. Lo grabó de inmediato para dar testimonio de lo que había hecho su hijo y por supuesto, el vídeo se hizo viral en internet.
Fue así como comenzó la historia de Enzo, quien no solo ayuda a mover a su abuelo de la cama a la silla de ruedas, sino que lo alimenta, le da agua y sobre todo juega con él a carcajada limpia.
Enzo y su abuelo son hoy en día estupendos amigos, siendo muchas las horas que pasan riendo juntos. En ellos dos, sí se cumple el valor social que reconoce en los ancianos la fuerza de la sabiduría y el amor.
En el vídeo a continuación, usted podrá ver otros testimonios de niños que son capaces de hacer lo que sea por amor al abuelo:
