Cuando la covid-19 entra en tu casa, lo encaras de frente, con una perspectiva totalmente diferente a cuando la enfermedad afecta a los extraños. Solo en ese momento el dolor se hace presente, e incluso cuando un paciente no puede resistir, el dolor permanece en el hogar, dentro de los corazones de los dolientes.
En el caso del pequeño Miguel, de 12 años, el cual vive con su familia en Natal, Rio Grande do Norte, Brasil, la covid-19 dejó huellas inolvidables. Primero, su padre, Gustavo Mariano, de 58 años, fue diagnosticado y tuvo que ser hospitalizado el 9 de marzo. Después de 3 días, él y su madre, Genny, de 50 años, empezaron a tener síntomas.
Genny no quería decirle nada a su esposo hasta que volviese a casa. Genny y Miguel tenían síntomas leves y fueron tratados en casa. Gustavo fue dado de alta el 18 de marzo y se fue a su casa.
Pero después de ello, Genny empeoró. Debido a una molestia en la espalda, fue al hospital. Al principio, sus pulmones estaban bien y el médico dijo que podía irse para su casa. Pero el 20 de marzo, Genny empezó a padecer dificultad para respirar y baja saturación. Entonces, la tuvieron que ingresar en la UCI.
Según contó Gustavo, en una entrevista con Crescer, Miguel acompañó todo lo que ocurrió. Tanto es así que se sintió feliz cuando Genny fue dada de alta de la UCI y traslada a una habitación. Sin embargo, el 25 de marzo tuvo que volver a la UCI. Aquellos días fueron muy difíciles para Miguel y su padre, los cuales no podían hacer otra cosa que esperar.
En la entrevista, Gustavo también explicó que su esposa sabía que estaba haciendo todo lo que era posible para salvarla. Incluso consiguió un catéter de alto flujo que precisaban el hospital para su tratamiento.
A pesar de todo el esfuerzo, en esta etapa el pulmón izquierdo de Genny ya estaba comprometido en un 80% por la enfermedad. Desgraciadamente, en la madrugada del 2 de abril, ella no resistió más.
“Trabajé como asesor de comunicación de la Policía Civil de Rio Grande do Norte durante 24 años, y confieso que nunca fue tan difícil dar una noticia como contarle a Miguel que su madre había fallecido”, dijo Gustavo.
Tan pronto como supo de la muerte de su madre, Miguel empezó a escribirle una carta a esta. Al principio, el niño no quiso creer lo que había sucedido y quiso ir al hospital para confirmarlo, porque pensó que los médicos le habían cambiado el nombre por el de otra persona.
La carta que Miguel le escribió a su madre se leyó en el entierro de Genny, y desde ese día, el niño nunca dejó de escribir, porque ahora esta es su válvula de escape para hacer frente a la pérdida. Lee la carta que le escribió a su madre.
“Mamá, recuerdo cada segundo que pasé contigo, siempre enfrentándome a las dificultades de la vida y superándolas en seguida. Sin dudas, fuiste la persona más fuerte que he conocido, porque con todos tus problemas siempre mantuviste una sonrisa en tu rostro y nos cuidaste como si fuéramos parte de ti. Eras una mujer muy iluminada y continúas siéndolo. Cada momento contigo ha sido un tesoro para mí. Será el mejor regalo que llevaré la vida entera. Fuiste tú quien siempre, cuando me despertaba, encantaba mi día con todo lo que hacía. Me apoyabas en los malos momentos, me aliviabas el estrés y la ansiedad, eras la flor más linda de mi jardín”.
El equipo de E-Consejos está de acuerdo con las medidas de aislamiento. Siempre que puedas, quédate en casa. Si necesitas salir, usa una mascarilla. Evita las multitudes y vacúnate cuando llegue tu turno. Pon de tu parte para no propagar el coronavirus.