Piense en un bandido detenido llevado a prisión y que después de décadas cumpliendo su condena se aproveche de una falla de seguridad para escapar de las rejas y cometer un nuevo crimen todavía más grave. Eso es lo que sucede con el virus varicela-zóster. Normalmente en la infancia provoca varicela.
Después de el organismo tomar cuenta de la situación, el elemento retrocede y se esconde en el sistema nervioso, donde se queda años quieto aguardando el momento perfecto para escaparse. “Se vale de la caída de la inmunidad para reactivarse”, explica el médico Cipriano Ferreira, de la Sociedad Brasilera de Dermatología
Y es aquí que aparece el herpes-zóster o sólo zóster, palabra griega que significa “cinturón”, el reflejo de una de las principales características de la enfermedad: la formación de bolas muy dolorosas a lo largo de la piel, generalmente sólo en un lado del cuerpo.
Una vez que las bajas en el sistema inmune son más frecuentes con la edad, no es nada sorprendente que la incidencia de este mal aumente después de los 50 años. Pero no son sólo los más experimentados quienes están amenazados por el regreso del virus. “La baja de las defensas que ocurre con el envejecimiento es un factor importante, pero existen otros detonantes y factores a considerar”, dice el experto en virus Fernando Spilki, de la Universidad Feevale, en Nuevo Hamburgo (RS).
Entran en el grupo de riesgo los individuos que se sometieron a un trasplante y las personas con enfermedades crónicas como diabetes, sida u otras condiciones que exigen el uso de remedios inmunodepresores. No son pocas las personas en riesgo.
El problema es que se espera un crecimiento en el número de casos de zóster en el mundo. Según un análisis publicado en el periódico científico BMC Geriatrics, la incidencia debe subir cerca de un 3% al año hasta el 2030. El dato refuerza una estimativa del propio Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, el CDC, que calcula que el problema puede ya afectar a un tercio de la población. Por ahora, el virus está escondido en el cuerpo de muchos adultos y ellos están envejeciendo.
Todas las personas que ya tuvieron varicela están sujetas a sufrir de herpes-zóster. “Se estima que por lo menos el 95% de la población tenga ese virus latente esperando bajas significativas en la inmunidad de las personas para expresarse libremente”, cuenta el investigador Igor Brasil Costa, especialista en salud pública del Instituto Evandro Chagas, en Belém del Pará.
Con el camino libre, el virus pasa a replicarse y a avanzar en las terminaciones nerviosas, provocando una inflamación local y generalizada. Da mucho dolor, seguido de erupciones y heridas en la piel. Si la infección no es contenida, puede haber complicaciones en otras partes del cuerpo como los ojos.
Un estudio reciente publicado en la revista de la Asociación Americana del Corazón identificó que hasta un año después del control de la enfermedad, sus víctimas corren un riesgo considerablemente mayor de sufrir un infarto o un derrame cerebral. ¿Qué justifica esa relación? la inflamación despertada por el virus, capaz de repercutir de forma negativa en las arterias que abastecen al cerebro y al corazón de sangre.
El bioquímico Thiago Mattar Cunha y sus colegas de la Universidad de Sao Paulo analizaron el mecanismo de la infección y descubrieron que uno de los procesos cruciales para la aparición de dolor es el aumento en los niveles de una molécula inflamatoria llamada TNF-alfa.
El descubrimiento tiene el potencial de ayudar a identificar la mejor forma de impedir y contra-atacar una de las principales complicaciones del zóster, la neuralgia post- herpética.
El tratamiento del zóster hoy es hecho con medicamentos anti-virales, los mismos utilizados contra otros agentes infecciones. “El uso de los medicamentos debe comenzar los primeros días después del diagnóstico con la intención de disminuir los síntomas y el riesgo de complicaciones”, aclara el dermatólogo Claudio Wulkan.
El dolor, que acostumbra a surgir días antes de las lesiones cutáneas, junto con la comezón y el hormigueo, es tan intenso que muchas veces exige que la persona sea internada de emergencia. Los analgésicos comunes no logran combatir este dolor, por lo que los médicos deben suministrar al paciente medicamentos que actúen directamente en el sistema nervioso. Todo para aliviar una sensación descrita como intensa y aguda.
Prevención del crimen
Más eficiente que la estrategia policial es apostar a la acción preventiva. Lo ideal es inmunizarse contra la varicela en la infancia.
El laboratorio MSD desarrolló una vacuna específica para el zóster ya disponible en Brasil, 14 veces más fuerte que la varicela e indicada a partir de los 60 años de edad.
A pesar de que la vacuna es la mejor opción para resguardarse de la reactivación de varicela-zóster, puede ser muy costosa, por lo que mantener la inmunidad alta es otro consejo muy útil. Son las células defensoras las que impiden que el virus se reproduzca en nuestro cuerpo y cause daños importantes.
En ese sentido, vale apostar a la alimentación balanceada, la actividad física regular y la exposición frecuente al sol. Además, debemos buscar disminuir el estrés, ya que aunque usted no lo crea, disminuye la inmunidad. Mente y cuerpo equilibrados son la clave para que el organismo mantenga sus defensas de seguridad activas.
Otras repercusiones del herpes-zóster
- Encefalitis: al reactivarse, la varicela-zóster puede acceder y atacar e cerebro, llevando a él una inflamación potencialmente falta y capaz de generar graves secuelas.
- Herpes ocular: cuando aparece en el rostro y alcanza la línea de los ojos, el virus puede migrar hasta el globo ocular y comprometer la vista.
- Dolor crónico: hasta el 40% de las víctimas tienen neuralgia post-herpética, un doloroso cuadro que permanece después que la inflamación termina. Dura de meses a años.
- Infarto y ACV: la inflamación asociada a esta enfermedad eleva el riesgo de que las arterias se tapen y se produzcan enfermedades cardiovasculares importantes.
No confunda los virus
- Herpes-zóster: el varicela-zóster causa varicela en la infancia y después se aloja en los ganglios nerviosos, pudiéndose reactivar más tarde.
- Herpes labial: dos tercios de la población viven con el herpes simple tipo 1, capaz de causar heridas en la boca y en los genitales.
- Herpes genital: es transmitido sobretodo a través del sexo, afecta las partes íntimas o la boca.
Sólo de un lado
La proliferación del virus del herpes-zóster sigue el camino del nervio afectado, pero nunca pasa de una de las mitades del cuerpo. Por eso, las lesiones en la piel sólo quedan de un lado del rostro o del abdomen.
¿Desea conocer más información sobre este virus? lo invitamos a ver el siguiente video, contiene importante material de la mano de expertos:
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