Muchas personas pasan la vida con el virus del herpes sin saberlo. De vez en cuando, las lesiones aparecen con ampollas y llagas en los labios, que pronto sanan, y nunca se preocupan por saber la verdadera razón. Debido a esta falta de preocupación, terminan transmitiendo el virus a otras personas, lo que puede ser más peligroso en el caso del herpes en bebés, ya que los pequeños tienen un organismo muy frágil.
¿Qué es?
El herpes humano es un virus con ocho tipos diferentes, el más común de los cuales son los tipos 1, 2 y 3. El tipo 1 es la causa del herpes en bebés, dejando lesiones en la cara, especialmente en la boca, pero también pueden aparecer en la nariz y cerca de los ojos. Estas lesiones comienzan con un pequeño grupo de pequeñas bolas que pican y arden y en pocos días estallan y se convierten en heridas.
Estas heridas se secan y sanan naturalmente, pero el virus no desaparece, a penas queda adormecido. Cuando el niño está expuesto a una lesión o enfermedad que debilita su sistema inmunológico, el virus se reactiva y las lesiones reaparecen durante algunos días más.
¿Cómo tiene lugar la transmisión?
La transmisión en los bebés es más común porque como este virus puede sobrevivir durante unos días en los objetos personales de la persona infectada, si el bebé tiene contacto con estos objetos, tocándolos, o agarrándolos o llevándolos a la boca, se infectará.
Otra forma muy común de transmisión es cuando las personas infectadas besan a los bebés en cualquier parte del cuerpo. Si lo hacen, no habrá vuelta atrás: el bebé tendrá herpes de por vida, incluso si el virus está casi siempre dormido.
Inclusive la transmisión ocurre incluso cuando la persona no tiene heridas activas, aunque es más fácil de transmitir cuando la boca de la persona infectada toca al bebé, lo que permite el contacto directo con la lesión.
Además de estos factores de riesgo, la madre infectada también puede transmitir la enfermedad, ya sea durante la gestación, en el momento del parto, si tiene heridas vaginales activas y se realiza un parto normal, o también durante la lactancia si el seno tiene heridas activas. .
¿Cuáles son los riesgos?
En general, el virus del herpes simple tipo 1 causa a penas aquellas lesiones incómodas que desaparecen en unos pocos días. Pero en los bebés, cuyo organismo es frágil y en formación, no es tan simple.
Riesgo de infección primaria
De acuerdo con la Asociación Paulista para el Desarrollo de la Medicina, en todas las personas que contraen herpes, la primera infección es la más seria, con los síntomas más intensos. En los bebés es aún peor, ya que aún no tienen un sistema inmunitario fuerte para lidiar con el virus, por lo que pueden aparecer los siguientes síntomas:
- Lesiones en los labios, lengua, mejillas, paladar y encías;
- Inflamación en la boca;
- Dificultad para comer o beber, lo que puede provocar otras enfermedades porque no está recibiendo una nutrición adecuada;
- Fiebre alta;
- Irritabilidad e incomodidad días antes y durante la permanencia de las lesiones en el cuerpo;
- Lesiones en otras partes del cuerpo donde el niño recibió el beso de la persona infectada.
Infecciones secundarias
Las infecciones secundarias son todas aquellas que ocurren después de la primera, a lo largo de los años. Estas no suelen ser riesgosas, dado que sus síntomas son más leves y desaparecen en menos tiempo.
Aun así, como es una lesión abierta, si los padres no tienen cuidado, el niño puede infectarse con otro tipo de virus o bacteria que ingresará al cuerpo a través de la lesión del herpes.
Cómo evitarlo
Con base en las formas de contagio ya mencionadas, la manera de evitarlo es evitar que el bebé entre en contacto con objetos o personas infectadas. En el caso de las madres que transmiten el virus durante el embarazo, no hay nada que se pueda hacer. Pero si se nota que la madre tiene lesiones activas en el momento del parto, se puede elegir una cesárea. Si aparecen lesiones en el seno, el bebé debe amamantar solo en el seno sano hasta que las lesiones en el otro estén curadas por completo.
Además de eso, los padres no deben permitir que otras personas besen o toquen a sus bebés recién nacidos. Incluso si este contagio es inevitable a medida que el niño crece y entra en contacto con otras personas en entornos fuera de casa, lo más importante es evitar el contagio cuando el bebé es muy pequeño, ya que su cuerpo tendrá más dificultades para lidiar con las lesiones.
¿El herpes en bebés puede matarlos?
No, el virus del herpes simple no suele presentar un riesgo de muerte o daños graves para la salud, excepto en el raro caso de que el bebé esté infectado por otro virus o bacteria a través de la lesión del herpes y tenga un organismo muy frágil para poder luchar. Aún así, existe un tratamiento con medicamentos antivirales para reducir la duración de la permanencia de las heridas en el cuerpo hasta en 5 días, lo que ayuda a prevenir complicaciones.