El pequeño Bruce fue encontrado por Kathryn Van Beek mientras ella regresaba del trabajo durante una noche llena de lluvia y frío en Kingsland, Auckland.
Al principio, la mujer pensó que se trataba de un pequeño ratón, pero cuando lo miró más de cerca y con detenimiento notó que se trataba realmente de un gato bebé, tan pequeño como un ratón.
Kathryn fue incapaz de ignorarlo y seguir su camino, así que buscó la manera de llevarlo para su casa para darle todos los cuidados que necesitaba y alimentarlo.
Le dio el nombre de Bruce Wayne. Bruce era tan pero tan pequeñito que la mujer tuvo que alimentarlo utilizando una jeringa.
Veinte días después el pequeño gato había engordado 100 gramos.
Más tarde, con el pasar de los días lo enseñó a alimentarse solo. Cada día que pasaba Bruce estaba más fuerte y feliz.
Con 9 semanas ya pesaba casi un kilogramo.
Un gatito muy gracioso, juguetón y curioso con ganas de conocer el mundo.
Era imposible no amar a esa pequeña cosita peluda.
¡Así de hermoso se encuentra ahora el pequeño Bruce! Creció y se volvió un gatito lindo, fuerte, adorable y lleno de salud.
La hermosa acción de Kathryn le regaló la oportunidad de tener un nuevo mejor amigo e integrante de su familia. Estamos seguros de que Bruce le agradecerá toda la vida este hermoso gesto de amor.
¡Ahora son una familia!
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