Más común de lo que parece, la fotofobia se puede definir como la sensibilidad que algunas personas sienten al mirar de forma directa una fuente de luz o al estar demasiados expuestas a la claridad. En estas circunstancias, los ojos se resienten y manifiestan incomodidad y dolor. Se verifica tanto con la luz artificial como con la natural. A continuación, verás los síntomas y cómo tratarla.
Síntomas de la fotofobia
La fotofobia se puede registrar de varias formas, desde dolores de cabeza hasta irritaciones graves. Conoce cómo identificar las señales, a seguir.
Irritación e inflamación
La incomodidad de recibir luz directa en los ojos produciendo irritación en los mismos es un problema que sufren ciertas personas. En esos casos, el ojo reacciona inflamándose un poco, poniéndose rojo y sensible.
Si después de estar mucho tiempo en la claridad sientes esto, puede que la causa sea la hipersensibilidad a la luz.
Visión borrosa
Mientras miras hacia la luz, la visión se puede poner turbia o borrosa, pues el ojo no es capaz de recibir el impacto de la claridad. Esto puede ser un indicio de fotofobia.
Cabe destacar que la visión borrosa se trata de un mecanismo de reacción del ojo. Al estar sensible, la visión se ve afectada, necesitando hidratación o descanso.
Dolor en los ojos
Otro síntoma es el dolor, específicamente en los ojos. La incomodidad puede llegar a ser tal, que el ojo manifiesta la sensibilidad a través del dolor.
Este síntoma ya se registra en una fase más avanzada, normalmente. Por eso, es muy importante que acudas a un especialista si notas que tus ojos reaccionan con dolor o molestia a la luz.
Hinchazón
Los ojos hinchados pueden ser otro efecto de la sensibilidad a la luminosidad. Al no resistir la claridad de la luz, ya sea del ordenador o natural, los ojos reaccionan inflamándose.
Esto no sólo se nota en el ojo, sino también en los párpados. Normalmente, las personas lo confunden con cansancio, pero se debe a la exposición e intensidad de la luz.
Lágrimas
Las lágrimas son el primer mecanismo de autodefensa del ojo. Cuando algo no está bien, el ojo llora. Esto es una forma de protección y reguardo del órgano para con el exterior.
Si notas que tus ojos se humedecen cada vez que te expones a la luz, es muy probable que sea fotofobia.
Conoce por qué es bueno llorar para el organismo.
Cómo tratar la fotofobia
Como es natural, depende del tipo de ojos y de cada persona. Sin embargo, hay ciertos rasgos que se pueden identificar. Los ojos claros son más propensos a la sensibilidad a la luz. Mientras que los ojos oscuros se caracterizan por ser más resistentes al impacto de la claridad. No hay un método de cura infalible, pero sí formas de tratarla y evitarla.
Sin dudas, la principal forma de evitar la sensibilidad a la luz es con hidratación. Mantener los ojos hidratados es una de las mejores soluciones, no sólo para la hipersensibilidad, sino también para la protección general del órgano.
Otra opción, bastante lógica, es el uso de lentes de sol. A la hora de estar en permanente exposición solar, una recomendación es proteger los ojos de los rayos UV. Eso sí, los lentes deben ser de buena calidad y homologados. De lo contrario, podría ser contraproducente.
Por último, esto también se refleja en personas que pasan demasiado tiempo en lugares oscuros, pues los ojos no están acostumbrados a la claridad. Dicho esto, evitar cambios bruscos de de luz puede ser igualmente una forma de reducir el impacto de la luz en los ojos.
Consejo final:
Un buen consejo es lavar tus párpados con agua caliente y champú Johnson de bebés antes de ir a dormir. De esta forma, los estos estarán más descansados, al igual que los ojos. No obstante, antes de practicar esta técnica, consúltalo con tu oftalmólogo.
Ahora, para acabar, mira cómo hacer la limpieza palpebral, muy recomendada por los especialistas.