Todo el mundo puede estar enfadado de vez en cuando, es natural. Sin embargo, cuando ese sentimiento se vuelve constante, puede que no sea tan interesante. Eso es porque conduce a una serie de cambios en tu cuerpo. En consecuencia, puede generar alteraciones que se convierten en enfermedades a largo plazo.
Estar enfadado es malo para la salud
De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Science Direct, existen consecuencias sobre el enfado. Según los resultados obtenidos, hay respuestas cerebrales, hormonales y cardiovasculares durante una crisis de ira. Asimismo, se accionan diferentes partes del cerebro.
Problemas cardíacos
Las famosas palpitaciones son parte de una estar enfadado, pero eso no significa que haya problemas cardíacos. Lo que conduce a este desgaste es el aumento de testosterona y cortisol, que conduce a un mal funcionamiento del cuerpo. Además de ello, el estudio mostró que las personas que están constantemente enojadas tienen más probabilidades de desarrollar problemas cardiovasculares. Todo esto se debe al “aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial cuando se siente rabia”.
Aumento de las hormonas
Uno de los principales problemas en estos casos es el aumento hormonal. La testosterona tiende a aumentar y puede causar problemas. De acuerdo con Food and Drug Administration (FDA), existe “un posible mayor riesgo de ataques cardíacos y derrames” en personas con un alto nivel de esta hormona. Además, el cortisol también tiene una cantidad elevada. En consecuencia, puede estimular el envejecimiento prematuro, problemas del corazón y baja inmunidad.
Baja inmunidad
De acuerdo con Fiocruz, “la hormona cortisol puede ser dañina para las células precursoras de linfocitos”. En otras palabras, tiende a reducir la inmunidad, causando así muchos problemas al paciente. Esto se debe a que será más susceptible a enfermedades oportunistas, desde una simple gripe hasta enfermedades autoinmunes.
Tendencia a la agresión
Cuando la persona está enfadada, el hemisferio izquierdo del cerebro se activa mucho más. Este es el área responsable del enfoque, para que la persona se acerque al objeto observado. Por lo tanto, hay una mayor posibilidad de “lucha” y no de negación, dada una mayor tendencia a la agresión.
Cómo evitarlo
Mejor que tener que tratar con problemas resultantes del hecho de estar enfadado, es tratarlos. Por lo tanto, sigue algunos consejos para tener más tranquilidad todos los días:
- Respira: en tiempo de ira, respira hondo y espera a calmarte, antes de reaccionar;
- Comprende tus desencadenantes: todo el mundo tiene sus desencadenantes mentales, que ayudan a soplar las brasas sobre un fuego continuo, descubra el tuyo;
- Tener empatía: a veces, lo que puede parecer una pelea es solo un malentendido. Intenta comprender;
- Resuelve las cosas pendientes: nada es más irritante que tener muchas cosas que hacer y no conseguirlo. Pero siempre que puedas, resuelva los problemas, dejando tu mente más ligera;
- Haz meditación: mantener tu mente entrenada para observar, estar presente y respirar lentamente puede ayudarte durante la crisis;
- Haz algo por ti mismo: a veces, la rutina es tan extenuante que te deja sin ganas de hacer nada más. Pero trata de reservar algunas horas a la semana para ti y tus pasatiempos.
