Entender lo que hace a una mujer molestarse va mucho más de tacharla de neurótica o malhumorada.
Los hombres tienen una capacidad de organizarse para eventos infinitamente mejor que nosotras las mujeres, realmente es admirable la adaptación de muchos de ellos. Los innumerables compromisos de trabajo, el desayuno tranquilo, el trayecto hacia el trabajo en paz, un baño tranquilo, nada como hacer las cosas sin tener los minutos cronometrados gritando en su oído: “Acelera, estás 10 minutos retrasada para irte.”
Solemos sentir sana envidia de las personas que actúan con calma y una envidia mayor todavía de todos aquellos que saben muy bien dividir sus tareas, asumir compromisos sin alterar su agenda, dando prioridad para todo aquello que realmente desea hacer y le de placer, no sólo por obligación.
Todos nosotros tenemos obligaciones y eso hace parte del juego de la vida,además es terrible cuando un adulto no tiene un propósito en esta vida.
Aquellos que saben el valor de sus compromisos y respetan sus rutinas como una cuestión religiosa, son dignos de admiración.
¿Pero y la mujer? ¿Logra cumplir con su agenda?
Depende del contexto en el que se encuentre, porque puede suceder que mientras se encuentre en el medio del trabajo la llamen de la escuela para decirle que su hijo está enfermo, por lo que ella debe salir corriendo al médico, pudiendo así olvidar una importante reunión pautada con el director de la empresa, pero la maternidad siempre se encuentra en primer lugar ¿Cierto? Los compromisos, muchas veces se escapan de nuestro control.
Frases del tipo: “Lo hago si me da tiempo, voy a intentarlo, lo juro” pueden aparecer con mucha frecuencia, no sólo en la vida personal de las mujeres si no en también en su vida profesional, lo que en muchos casos es terrible. Eso sin llevar en consideración cuando el problema involucra a los hijos, marido, la casa, los padres o alguna emergencia, en ese caso de forma inevitable buscamos la manera de posponer nuestros compromisos, algunos que normalmente no se pospusiesen si estuviesen en la agenda de un hombre.
El tiempo pasa, vamos viviendo llenas de cansancio y cuidando nuestro día día y el de los nuestros. El gran problema de todo eso es que dejamos de lado nuestras prioridades y nuestros compromisos para el final de la lista y agregamos muchos adicionales (algunos que pudiesen parecernos irrelevantes pero que para las personas en general tendrían un gran nivel de importancia). Con esto no queremos decir que los hombres sólo se preocupen por el trabajo y no les importe más nada, pero normalmente la mayoría de ellos tiene la asesoría de una mujer en su rutina familiar y personal.
Aquí viene lo mejor: antes de salir de casa, la mujer arregla el desorden, riega las plantas, prepara a los niños para ir a la escuela, llama a sus padres, tira la ropa del tendedero, descongela el pollo para el almuerzo y finalmente cuando va a arreglarse escucha al marido decir: “¿Todavía no estás lista?”.
Afortunadamente muchos hombres dividen las tareas con su mujer en la actualidad. Pero en lo que respecta a priorizar sus compromisos, esos mismos hombres logran ser mucho más fieles a sus agendas que sus esposas.
¿Cuál es la conclusión?
En el mundo hay más mujeres cansadas que molestas, es mucho más fácil decir que una mujer está malhumorada que preguntarle si está feliz y necesita ayuda.
Preste atención y note si ella está diferente, ¡Pregúntele si necesita algo!. Muchos de los problemas e insatisfacciones de la mujer con su pareja parten de esa falta de comprensión.
Las mujeres en general sólo están cansadas. Cansadas de estar pendiente de todo y a pesar de ello siempre tener sus prioridades en el final de la lista. Principalmente en el final de la lista de su propia vida.
¿Sabía que más del 80 por ciento de las mujeres españolas afirman ser multitareas? ¡Y cómo no! son madres, trabajadoras, esposas, hijas…en fin, le invitamos a ver el siguiente video:
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