La queja es la manifestación de la disconformidad con alguien o algo. A veces es legítima y oportuna, aunque no logre superar el desacuerdo. En otras ocasiones es un lamento inútil y recurrente que solo aspira generar empatía por medio de la lástima. En estos casos se trata de hábito nocivo que afecta a quien lo padece y a su entorno. Aquí se presentan las consecuencias de escuchar a personas que siempre se quejan.
Consecuencias de escuchar a personas que siempre se quejan
La actitud quejumbrosa ante la vida es una muestra clara de un problema interno. El círculo vicioso que impone la queja deja entrever patrones de dependencia, inmadurez emocional y manipulación.
Si te enganchas con quien vive quejándose, verás cómo en poco tiempo empiezas a reproducir sus esquemas de pensamiento. Lo que sigue son algunas consecuencias de escuchar a personas que siempre se quejan.
Absorben tu energía
Quienes hacen de la queja su razón de vida son vampiros que absorben la energía de quienes captan. Puede ser alguien en el trabajo, un vecino o un familiar.
Con sus palabras y actitud crean un ambiente debilitante, en el que no vale la pena luchar ni esforzarse por razón alguna. Si después de hablar con esta persona sientes desánimo y resignación, es por que ha robado toda tu energía.
Te llenan de pesimismo
Escuchar a las personas que siempre se quejan deja en el ánimo una sensación pesimista. Estas personas cultivan pensamientos negativos que refuerzan la impotencia y la pasividad.
Frente al mundo, son víctimas incapaces de superar los obstáculos que injustamente atraviesan. De esta manera, destierran cualquier iniciativa o impulso optimista y lo reemplazan con visiones pesimistas que todo lo invaden.
Afecta tus funciones cerebrales
Cuando la frustración y la amargura se instalan, el organismo libera hormonas como adrenalina, noradrenalina y cortisol. Si la presencia de estas hormonas se prolonga en el tiempo, el cerebro puede alterar sus funciones con consecuencias desafortunadas. Surgen entonces los desequilibrios emocionales y la dificultad para concentrarse.
En su libro Three Simple Steps, Trevor Blake explica cómo es posible monitorear la actividad cerebral ante estímulos diversos. Frente a una sesión de 30 minutos de quejas, las neuronas del hipocampo cerebral se despegan. Esto dificulta la capacidad del cerebro para resolver problemas sencillos. En resumen, escuchar a personas que siempre se quejan afecta las funciones del cerebro.
Cómo lidiar con una persona negativa
Las personas pesimistas y quejumbrosas están en todos lados. Es frecuente encontrarlas en los más diversos espacios donde la vida se desarrolla. Muchas veces estas personas necesitan ayuda para cambiar de actitud. Si es el caso, toma en cuenta que la iniciativa debe provenir de ellos mismos. Con los siguientes consejos, podrás aprender a lidiar con estas personas.
Aléjate
Muestra claramente con tus palabras y actitudes que no tienes interés en dejarte influenciar por la negatividad. Establece distancia y nunca participes en ninguna dinámica deprimente y desesperanzadora. De esta manera evitarás contaminarte y estarás preservando tu energía vital.
Demanda soluciones
Esta es una buena manera de hacer que una persona negativa caiga en cuenta de su situación. Si se le exige la solución a un problema, no podrá quedarse de brazos cruzados lamentándose. Siempre que quieras ayudar a esta persona, muéstrale cómo las limitaciones están solo en su cabeza.
Mantente fiel a tus pensamientos
Como la negatividad, el optimismo también crece cuando se aprecia y se cultiva. Tener una actitud constructiva y resaltar los aspectos positivos de las cosas también demanda trabajo. Esfuérzate por mantenerte fiel a tus pensamientos y verás cómo todo mejora alrededor. Llegó la hora de dejar de escuchar a personas que siempre se quejan.
Consejo extra
Recuerda que el tiempo es un don finito y debes aprovecharlo a conciencia. No lo pierdas en situaciones vacías o con personas que te impidan crecer y mejorar. Es mejor quejarse menos y agradecer más.
Para terminar, no dejes de ver en el siguiente video a Seiiti Arata explicando qué pasa cuando te quejas por todo: