La mayoría de los padres de hoy todavía recuerdan la crianza o educación de la “manera antigua” que recibieron cuando eran pequeños.
Era normal que los adultos trataran a los niños más chicos como inferiores, basándose en regaños, miradas amenazadoras y miedo. Los niños tenían que obedecer a sus mayores y no tenían derecho a opinar.
Muchas veces, el resultado de esta educación conservadora es un adulto que lucha por tomar decisiones, tomar la iniciativa y tener una alta autoestima.
Por otro lado, están los que se vuelven rebeldes, y desde pequeños no les gusta seguir las órdenes de sus padres. ¿Tus hijos actúan así? Quizás estés cometiendo estos errores, los cuales verás a seguir.
1. Pedir, en vez de instruir a tu hijo para que haga una tarea
Aquí puede parecer contradictorio, porque en lugar de preguntar “si puede” hacer tal cosa, debes simplemente decir lo que tiene que hacer. Esto no significa decir de manera autoritaria y agresiva, sino decir “haz tal cosa, por favor”. Es necesario educar a los niños sobre lo que se debe hacer, de forma clara y directa. Si le das a elegir entre hacer o no algo, probablemente el niño no lo haga.
2. Deja que el niño escoja con libertad
Cuando no se trata de tareas que tu hijo debería estar haciendo, sino de cosas que puede elegir hacer, ayúdalo a tomar decisiones más rápido, sin que se atasque. En vez de preguntarle “¿qué blusa quieres usar?”, cuestiónale “¿quieres usar la blusa verde o azul?” Será más fácil para él y para ti.
3. No hacer contacto visual
Cuando necesites que tu hijo escuche lo que tienes que decirle, haz siempre contacto visual con él. Este contacto es muy importante para mantener la atención del niño en lo que necesita escuchar y hacer. Baja a la altura del niño y háblale mirándolo a los ojos: “ordena tu habitación, por favor”.
4. Gritar y amenazar con castigos severos
En ocasiones, puede parecer una misión imposible, pero es una cuestión de hábito. Si te criaron sobre la base de los gritos y la amenaza de azotes, probablemente reaccionarás así con tu hijo, casi como un instinto. Sin embargo, esto no significa que tu hijo obedecerá, ni que lo hará porque te respeta o sabe que tiene una tarea que hacer. Cuando gritas y amenazas, el niño pierde la atención y comienzan a liberarse sentimientos negativos en su mente.
5. Amenazar y no cumplir
Aquí están las amenazas en el sentido de decir que vas a hacer algo y no cumplirlo. Si le dices a tu hijo que si no hace una tarea, no podría comer postre, dejará de creerte y no verá ningún motivo para obedecer cuando se le hagas otra promesa, puesto que como ya lo hizo, sabe que no lo vas a cumplir.
6. No enseñarle ni explicarle qué es lo que debe hacer
Si le pides a tu hijo que haga algo que nunca hizo y no le muestra cómo hacerlo, probablemente empezará a hacer otra cosa e ignorará tus instrucciones. Los niños toman todo al pie de la letra y, por lo general, solo ven lo que es obvio. Entonces, sé claro y demuestra paso a paso lo que se debe hacer, de la manera más simple posible.
7. No darle un motivo para obedecer
Incluso puedes pensar que tu hijo tiene que obedecer simplemente porque sí. Pero, si quieres contar con su respeto, admiración y cooperación, explícale que él es parte de esta familia y todos confían en sus tareas para que todo funcione. Haz que tu hijo se sienta importante en casa, dale valor cuando cumpla con las tareas que le asignas, y así lo obedecerá con gusto.