Sentir sed es una señal de que el cuerpo necesita más agua. Cuando tu hipotálamo entiende que tu organismo carece de agua, envía una advertencia a su corteza cerebral que traduce ese mensaje en forma sed.
En personas saludables, la sed surge cuando el día es muy caluroso, cuando la persona suda mucho, el clima es seco o cuando come cosas muy dulces, saladas o picantes, por ejemplo.
Pero, cuando la sed es exagerada y parece que nunca queda saciada, puede ser un síntoma de algún problema de salud.
1. Diabetes mellitus
Uno de los principales síntomas de la diabetes es tener mucha sed. Resulta que en esta enfermedad, la sangre recibe un exceso de glucosa, por lo que el cuerpo entiende (erróneamente) que precisa más agua para ayudar a diluir toda esa glucosa, aunque ese es el papel de la insulina, que en la diabetes funciona mal. Junto con esto, el exceso de glucosa conduce a la deshidratación, y aquí está el aviso constante de sed.
2. Diabetes insípida
También existe el tipo de diabetes que no está relacionada con el cambio de glucosa en sangre, sino que puede ser causada por la glándula pituitaria (en el sistema nervioso central), como consecuencia de la falta de hormona antidiurética.
También puede ocurrir debido a un trastorno renal, en el que esta hormona no puede trabajar como debería.
Como resultado, la persona en esta condición pierde mucha agua en los riñones, haciéndola que esta tenga muchas ganas de miccionar y, en consecuencia, tenga mucha sed.
3. Enfermedades psiquiátricas
Las personas con depresión, trastorno bipolar o esquizofrenia pueden desarrollar una afección llamada potomanía, que es un desequilibrio neurohumoral y no tiene nada que ver con la sangre, los órganos o los factores ambientales. La persona tiene mucha sed todo el tiempo y la ingesta excesiva de agua puede resultar en una deficiencia de sodio en la sangre.
4. Enfermedad renal
Los riñones son los encargados de filtrar los líquidos y eliminar las impurezas de estos líquidos en forma de orina. Mas, cuando no están funcionan correctamente, aparecen efectos secundarios, como la sequedad de las mucosas y saliva espesa, causando una sed constante.
Además de ello, en pacientes sometidos a diálisis, puede presentarse un incremento de la hormona antidiurética (ADH), desequilibrando la regulación de la sensación de sed.
5. Anemia
Las personas con anemia crónica no producen suficiente saliva debido a la falta de circulación sanguínea en las glándulas salivales. Esto se debe a la caída de glóbulos rojos en la sangre. Consecuentemente, la boca se seca y la persona tiene más sed.
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6. Deshidratación
Cuando una persona está deshidratada significa que los niveles de agua y minerales en su cuerpo están muy por debajo de lo normal, y esto afecta gravemente al funcionamiento de todo el cuerpo.
La deshidratación puede ocurrir cuando la persona está privada del consumo de agua, cuando frecuentemente ignora la sensación de sed o cuando tiene diarrea aguda, lo que hace que el cuerpo elimine mucha agua. Como el cuerpo necesita reponer suficiente agua, la persona tendrá mucha sed.