Durante la homilía de la misa que celebra a diario en su Casa de Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre las empleadas domésticas, el valor de su trabajo y el trato que reciben. “¿Cómo me comporto yo con la doméstica que tengo en casa?” se preguntó el sumo pontífice.
Dijo que sus pensamientos estaban con las empleadas domésticas, que “ganan el pan con su trabajo” y que muchas veces son despreciadas y humilladas. Abogó por condiciones justas para el trabajo doméstico, salario, vacaciones y trato adecuado.
Francisco recordó un episodio de su juventud: “Jamás he podido olvidar aquella vez que fui a casa de un amigo siendo niño. Vi a la mamá que le daba un sopapo a la doméstica. 81 años… No me he olvidado de eso”. Luego se preguntó sobre el maltrato en la actualidad: “¿les pagas lo justo, les das las vacaciones, es una persona o es un animal que te ayuda en tu casa?”.
También relató la vez en la que cuestionó a un señor muy culto que explotaba a sus empleadas domésticas. El señor sostenía que las trabajadoras “eran gente inferior”, pero Francisco le hizo ver que cometía un grave pecado, porque “son como nosotros, imagen de Dios”.
3 Consejos para una buena relación con la empleada doméstica
Esta breve lista con 3 consejos hará que mejore la relación laboral con su empleada doméstica.
Trato respetuoso y considerado
Como con cualquier persona haciendo cualquier trabajo, las empleadas domésticas deben ser tratadas con respeto y consideración. Se trata de una relación profesional, no de los dramas de clase social que presentan las telenovelas. Si la carga de trabajo se ha incrementado, por ejemplo, puede contratar servicio adicional o ayudarla para aliviar sus responsabilidades.
Instrucciones precisas y claras
Cada casa es un mundo y a todos nos gustan las cosas a nuestra manera. Cuando se comienza una relación laboral con una nueva empleada doméstica, es aconsejable que queden claras las labores que deberá realizar. Dar instrucciones precisas le ayudarán a que la empleada sepa qué hacer, cómo y cuándo hacerlo. Recuerde que todos podemos necesitar algún tiempo de adaptación a una nueva rutina.
Cumplir todas las obligaciones contractuales
El trabajo doméstico se rige por las mismas leyes que regulan cualquier prestación de servicio. Debe cumplirse el pago oportuno de un salario adecuado, el respeto por las horas de descanso y los días libres, las vacaciones y todo lo estipulado en el contrato de servicio. El trabajo debe desarrollarse en un ambiente seguro, donde se provean todos los implementos necesarios y equipo de seguridad como guantes o máscaras para ciertas labores.
Consejo final: Mantenga contenta a su empleada doméstica
Una bonificación adicional por un trabajo extraordinario será bien valorada. Ante un imprevisto, la flexibilidad y solidaridad harán que la empleada doméstica se sienta reconocida. Recordemos las palabras del Papa Francisco y usemos el sentido común.
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