Es muy bueno ver a los niños pequeños desarrollarse bien, aprender a comunicarse y hacer varias cosas por sí mismos. La higiene personal también forma parte de este proceso, como ducharse, cepillarse los dientes y limpiarse después de ir al baño a hacer sus necesidades.
Estos logros son muy importantes y cada niño tiene su propio ritmo, que los padres deben respetar. Sin embargo, ¿cuándo se debe empezar a animar a los más pequeños a que hagan su higiene personal solos?
El incentivo a la autonomía debe ser natural
El momento en que el niño podrá realizar la higiene personal solo es variable. Además de la edad, también existe el estímulo de los padres y la voluntad del pequeño. Por lo general, a los pequeños les gusta hacer las cosas solos para sentirse independientes.
Entonces, querrán cepillarse los dientes, ducharse y limpiarse solos. Pero, este deseo surgirá si se les anima cada vez que los padres los acompañan en estas actividades, permitiéndoles participar en el proceso.
Una frase importante que los padres deben tener en cuenta, usada por la educadora Maria Montessori, es: “nunca ayudes a un niño con una tarea que este siente que puede hacer solo”. Entonces, si el pequeño quiere hacerlo, déjelo, pero supervisa para ver si lo hizo bien.
Esta supervisión es fundamental para valorar cuándo llega el momento en que el niño finalmente está realizando la higiene personal de forma correcta y completa, sin necesidad de que los padres hagan un “retoque” al final.
Dentro de este incentivo también forma parte del elogio cuando el niño está siendo proactivo, inclusive si la tarea no quedó bien hecha. Los padres no deben decir que el niño no lo ha hecho bien o que todavía no es capaz. Deberían felicitarle y decirle que ahora verán si todo está limpio, y finalizarán la limpieza.
Edad para comenzar a ducharse solo
Alrededor de los dos o tres años, más o menos, los niños comienzan a tener interés por lavarse el propio cuerpo, ya que ven cómo lo hacen sus padres en ellos y en sí mismos. En ocasiones, el niño le dará baño a los juguetes, y esta ya es una señal de interés que conviene fomentar.
A esta edad el niño todavía no tiene la motricidad para bañarse solo, pero si es proactivo con esta actividad, los padres pueden empezar a delegar tareas, como frotar el champú en el cabello y frotar el jabón en la barriga y en los brazos.
A partir de ahí, este será un proceso natural, cada vez más evolucionado, hasta alrededor de los cinco o seis años, edad en la que la mayoría de los niños pueden bañarse solos, incluso con un poco de supervisión para asegurarse de que se han enjuagado y secado bien.
Edad para cepillarse los dientes solo
De la misma forma que con el baño, alrededor de los dos años los niños comienzan a interesarse por cepillarse los dientes. La coordinación motora aún no es buena, ni la noción de cuán limpios deben estar los dientes. Sin embargo, es un buen momento para empezar a crear el hábito.
Claro está que ese interés surgirá si el niño tiene una rutina establecida para cepillarse los dientes. Todavía hay más padres que cometen el error de pensar que los dientes de leche no necesitan cepillarse, ya que se caerán. Pero, este es un defecto que puede causar problemas en los dientes y encías incluso después de que llegan los fijos.
Luego, cuando el niño empieza a querer participar en el cepillado, los padres deben dejarlo, siempre supervisando y terminando el cepillado después, en el mismo proceso que el baño. Cuando el niño adquiere el hábito, puede cepillarse los dientes solo una o dos veces por semana, y las otras veces con el acabado de los padres.
Entre los cuatro y los seis años, el niño debería haber evolucionado mucho en su habilidad con el cepillo de dientes, y con los movimientos correctos a la hora de cepillarse. Es a partir de aquí que ya puede ganar más autonomía en esta actividad y la confianza de los padres para hacerlo solo. Pero siempre es bueno hacer una comprobación al final.
Edad para limpiarse solo
Limpiarse después de ir al baño lleva un poco más de tiempo que ducharse y cepillarse los dientes. Esta tarea requiere una mayor coordinación motora, ya que siempre es necesario enseñar que la limpieza se debe hacer de abajo hacia arriba (desde el perineo hacia atrás), llevando el brazo hacia atrás sobre el trasero, y no entre las piernas.
Esta actividad puede comenzar a realizarse alrededor de los cuatro años, pero siempre bajo supervisión. El niño necesita aprender a sujetar el papel higiénico con firmeza, saber la cantidad de papel que debe usar a la vez y a la hora de limpiarse. Todo esto debe enseñarse cada vez que vaya al baño, hasta que los padres se den cuenta de que la tarea la está haciendo correctamente.