La frontera que separa un rasgo de la personalidad de un trastorno mental no siempre es clara. En ocasiones, distinguir hábitos extraños de enfermedades mentales requiere trabajo terapéutico solo para el diagnóstico. Sin embargo, en la mayoría de los casos, hay patrones o síntomas que permiten diferenciar una de otra. Lo que sigue son algunas oposiciones entre hábitos y trastornos mentales.
¿Cómo distinguir hábitos extraños de enfermedades mentales?
Lo que diferencia un hábito de una patología es muchas veces impreciso. Por lo general, la distinción se establece a partir de las consecuencias de estas dinámicas sobre el bienestar de la persona. Si hay sufrimiento, probablemente se trate de una enfermedad mental que necesita ser abordada. A continuación, algunas pistas para distinguir hábitos extraños de enfermedades mentales.
Consumismo u oniomanía
Comprar puede ser una actividad placentera y hay personas que experimentan un profundo goce cuando salen de compras. También hay individuos que compran compulsivamente, sin reparar en las consecuencias y sintiendo luego culpa por sus acciones. Por lo general, compran cosas que no necesitan y utilizan el dinero que debería estar destinado a otro fin. Estas personas sufren oniomanía, nombre técnico que reciben los compradores compulsivos.
Hay que distinguir entre quien se siente feliz por haber adquirido algo que le satisface y quien usa las compras como una especie de escape emocional. Se piensa que los compradores compulsivos atraviesan 4 fases: Anticipación, preparación, acción y decepción. En todas ellas hay grados distintos de ansiedad y, finalmente, se instala la culpa acompañada de ira, rencor y arrepentimiento. Por su puesto, dado que es un comportamiento compulsivo, vuelve a repetirse.
Autoestima o narcicismo
La autoimagen es muy importante porque es un factor que configura la personalidad. Quien tiene una sólida autoestima está seguro de sus capacidades. No necesita reafirmarlas ni hacer que otros las reconozcan. Puede relacionarse con las personas de forma asertiva, compasiva, colaboradora y empática.
Por el contrario, los narcisistas tienen una percepción exagerada y distorsionada de sí mismos. Creen que están dotados de grandes capacidades y necesitan hacérselo saber a su entorno. Cuando la realidad los pone en su sitio, quienes presentan trastorno narcisista de la personalidad se creen víctimas de enemigos que los envidian. En líneas generales, son arrogantes, egoístas, dominantes y preocupados por el ser el centro de la atención.
Aquí puedes aprender a reconocer a un narcisista por las frases que lo delatan.
Apego o silogomanía
Una cosa es conservar un objeto porque tiene valor personal y otra muy distinta es acumular objetos de forma compulsiva. El apego hacia una prenda de ropa, un carro, un libro o cualquier otro objeto, a pesar de que no se use o esté descompuesto, es perfectamente normal. Acumular estos objetos también. La patología sobreviene cuando el número de cosas acumuladas aumenta de tal forma que dificulta la vida.
Quienes padecen silogomanía, o trastorno de acumulación compulsiva, acaparan toda suerte de cosas. No importa si son necesarias, si funcionan o si se dispone de un lugar para tenerlas. La acumulación llega a ser tal, que forman montañas de objetos que ni recuerdan y que les impide movilizarse por sus propios espacios. Los sigolomaniacos no pueden desprenderse de los objetos. Viven guardando cosas de manera compulsiva e irracional.
Otra oposición entre hábitos y enfermedades mentales es la preocupación por la limpieza y el trastorno obsesivo compulsivo. También la mala memoria y la prosopagnosia. De la misma manera se oponen la preocupación por la salud y la hipocondría, al igual que el interés por tener una alimentación saludable y la ortorexia. La lista es larga y lo que aquí se presenta no pretende agotar el tema.
Conoce aquí algunas cosas que solo hacen los obsesivos-compulsivos.
Consejo final: Terapia y atención médica
Las enfermedades mentales pueden volver un infierno las vidas de quienes las padecen. Sin embargo, la terapia y la atención médica oportuna pueden mitigar los síntomas y, en ocasiones, curar del todo estos trastornos. La ayuda de un terapeuta, un psicólogo o un psiquiatra, resulta necesaria para distinguir hábitos extraños de enfermedades mentales. Nunca dudes en consultar un especialista.
Para terminar, puedes aprender más sobre el trastorno bipolar y sus primeras señales en el siguiente video.
