Se suponía que era una consulta habitual para una paciente que experimentaba un dolor intenso. Pero ella estaba embarazada y fue atendida en un hospital en Marília, en el interior de São Paulo, Brasil. Sin embargo, después de sufrir una hemorragia, las cosas no terminaron bien.
Resulta que esta misma mujer fue arrestad en el acto porque trató de abortar a su bebé. La actitud de los involucrados se consideró irrespetuosa y generó consecuencias inolvidables para todos ellos.
Fue arrestada después de una hemorragia
La paciente llegó al hospital con síntomas de dolor, fiebre y taquicardia. Los médicos sospecharon que la paciente había ingerido algunos medicamentos para abortar.
Entonces, llamaron a la policía y la mujer embarazada fue arrestada en el acto. Cabe destacar que el aborto intencional se considera un delito y puede conllevar hasta 3 años en prisión en Brasil. Las únicas excepciones son en caso de riesgo para la vida de la madre, violación y fetos anencefálicos.
¿Por qué estos profesionales actuaron tan amablemente? Primero, los médicos no examinaron adecuadamente a la paciente y no le realizaron ninguna prueba química para detectar los presuntos medicamentos en la sangre. Así, estos dedujeron un diagnóstico que, además de no ser concreto, era incompleto y falso.
Mientras tanto, los policías se olvidaron de uno de los principales supuestos de la existencia humana y las leyes: hasta que se pruebe la culpabilidad del sujeto, él es inocente. Esto se llama la presunción de inocencia que fue totalmente irrespetada por estos profesionales. Ellos simplemente arrestaron a una mujer embarazada en el acto, sin pruebas contundentes, basadas en un informe médico erróneo e inconsistente.
Entonces, como si no fuera suficiente perder a un hijo, la mujer todavía fue atrapada en el acto, acusada errónea e injustamente de quitarle la vida. Ciertamente, esto acabó ocasionando un efecto devastador en la mujer embarazada, con enormes daños morales.
Proceso
Como si bastase con la vergüenza inicial, empezó una pelea legal, en la cual el Ministerio Público, en 2015, cerró el caso y concluyó que no había ningún error en la conducta de los profesionales.
Pero la víctima no se rindió y, en 2017, la defensa reabrió el caso. Por lo tanto, se solicitó que la mujer fuera compensada justamente por los daños morales causados, por ser revelada incorrectamente como alguien que había cometido un delito. Nuevamente, el caso fue rechazado, dejando a la familia devastada.
Sin embargo, en 2019, la mujer logró demostrar la verdad, deshaciéndose de la culpa que no tenía. También hubo una compensación financiera para la víctima lo que, por supuesto, no borra las noches de insomnio y el vacío de la injusticia.
Además, se determinó que había otro error de conducta por parte de los médicos: haber revelado información privada del paciente que podría ser la causa de una investigación penal. Esto viola el Código de Ética Médica, que es suficiente para que este hallazgo sea útil para la defensa de esta mujer. Todavía no hay información sobre si los médicos, pediatras y ginecólogos, involucrados en el arresto de la mujer han sido condenados.