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¡Despertarse durante una cirugía cuando el cuerpo se paraliza, pero el dolor no!

Relatos escalofriantes de personas que pasaron por este tipo de situación durante un procedimiento quirúrgico

Crédito de la imagen: Dicasonline

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Parece que es una pesadilla (y realmente lo es) despertarse durante una cirugía, con el cuerpo paralizado, sintiendo dolor y sin poder hacer nada para revertir el problema. Situación perturbadora por la que algunas personas han tenido que pasar por desgracia.

Momentos de angustia, dolor, sufrimiento y total pérdida de control del propio cuerpo. Narrado por quienes pasaron, estos casos demuestran que la medicina todavía tiene mucho que aprender y desarrollar, para garantizar una cirugía sin problemas para sus pacientes.

Según el Ministerio de Salud de Brasil, “la anestesia es el estado de ausencia total de dolor durante una operación, un examen de diagnóstico, una cura”. Esta es realizada por el anestesista, quien lo acompañará durante todo el proceso, analizando el funcionamiento de sus órganos vitales, para que todo suceda con tranquilidad y seguridad.

En anestesia hay compuestos que paralizan la musculatura, evitando cualquier movimiento durante la cirugía; que te hacen dormir; y eso inhibe cualquier tipo de dolor. Juntos, estos actúan relajando y permitiendo que se realicen las intervenciones necesarias.

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Sin embargo, algunas veces puede suceder que la persona vuelva a tener conciencia durante el proceso, lo cual es bastante malo. El agravamiento ocurre cuando la anestesia no funciona como debería, dejando que los nervios funcionen con normalidad. En este caso, cada corte, movimiento o sutura se puede sentir, y la persona no puede mover el cuerpo o reaccionar para señalar la situación, como gritar. Conoce algunos casos.

Una de cada 20.000 personas puede despertarse durante una cirugía

Esta pesadilla es bien conocida por la medicina y tiene un nombre. Se llama ‘Despertar Involuntario Durante la Anestesia General’ (DIDA). Es más común que ocurra durante cesáreas de emergencia, dada la menor cantidad de anestesia dada, debido al feto. No obstante, la probabilidad en otras cirugías es de 1 caso por cada 20.000 personas.

De acuerdo con la Asociación de Anestesistas y el Royal College of Anesthetists en Gran Bretaña, un estudio basado en datos del gobierno encontró que entre los 3 millones de procedimientos quirúrgicos, solo 300 personas habían notado alguna conciencia durante el procedimiento.

Crédito de la imagen: Dicasonline

Este despertar durante una cirugía tuvo un máximo de 5 minutos y ocurrió antes o después de la cirugía real, lo que no deja de dar miedo. La persona está fuera de control de su propio cuerpo, respirando a través de dispositivos muchas veces, lo que no corresponde al latido del corazón. De los que se despertaron, el 41% estuvo traumas psicológicos por resolver.

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Las sensaciones experimentadas en ese momento iban desde la percepción de muerte cercana, alucinaciones, falta de aliento, gran dolor y ataques de pánico. Todo esto ocurre, sin poder mover un músculo, hablar o incluso llorar, porque las lágrimas no salen. Esta incapacidad para decir lo que está sucediendo es quizás tan terrible como el dolor.

El caso de la canadiense Donna Penner

Eso fue lo que le pasó a la canadiense Donna Penner, quien se sometió a una laparoscopía y terminó despertando en medio del procedimiento. Ella comenzó a escuchar todo lo que estaba sucediendo y pensó que había terminado, pero no se imaginó el terror que estaba por vivir. Solo se dio cuenta cuando escuchó al cirujano pedir el bisturí.

Su cuerpo se congeló inmediatamente y ella no conseguía hablar, moverse o abrir los ojos. Sintió entonces el primer corte y un dolor terrible. Quería llorar, gritar, mover alguna parte del cuerpo, pero no lo consiguió. Era como si un peso gigante estuviera sobre su cuerpo, impidiendo sus movimientos.

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Fue una hora y media, sintiendo los cortes, el movimiento entre los órganos, escuchando todo lo que se decía y sin poder reaccionar. Su corazón latía cada vez más rápido y su oxígeno estaba listo para que respirara a penas 7 veces por minuto, lo que dificultó tremendamente el hecho de que respirase, aumentando aún más la desesperación.

Crédito de la imagen: Dicasonline

Con el tiempo, comenzó a sentir su lengua y forzó el respirador para llamar la atención. El anestesista pensó que había resultado del efecto paralizante, que hace que los pulmones incluso necesiten equipamientos para funcionar, y eliminó la oxigenación. Ella se quedó sin oxígeno hasta que tuvo una experiencia cercana a la muerte.

Ella fue resucitada y le dieron medicamentos para terminar con el efecto paralizante, y fue entonces cuando finalmente pudo hablar. Cuando estaba en su habitación, recuperándose, el anestesiólogo fue a disculparse con lágrimas en los ojos y ella lo perdonó. A pesar de todo, su vida nunca fue la misma, sufriendo hoy con estrés postraumático.

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La cirugía de Carol Weihrer

Otro caso grave ocurrió con Carol Weihrer, quien necesitaba someterse a una cirugía simple en un ojo para extraer el cristalino. No obstate, ella también tuvo la experiencia de despertarse durante la cirugía y atravesó momentos de terror, también sin poder hablar ni moverse. Ella gritó y no pasó nada, pero lo que escuchó fue aterrador.

Se suponía que la cirugía debía eliminar solo la fina película que cubre los ojos, pero resultó ser bastante diferente. Ella escuchó al doctor hablar para cortar más profundo, no sintiendo el dolor, sino un tirón muy fuerte en la región. Al regresar a la conciencia muscular, se enteró de que su ojo tenía que ser extirpado debido a una enfermedad. Ella nunca pudo volver a acostarse en una cama, durmiendo en una modelo reclinado por el resto de su vida.

¿Qué se hace a favor de los pacientes para que no se despierten durante una cirugía?

La academia está buscando formas de poner fin a este sufrimiento y buscar formas de controlar también la actividad cerebral durante la anestesia. Este es el caso de un estudio realizado por el equipo de investigación del MIT, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (Pnas).

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En este fue posible medir y comparar las respuestas motoras y cerebrales a través de 44 electrodos alrededor de la cabeza del paciente.

La anestesia es una bendición para la humanidad, pero todavía no es perfecta. Cuantos más estudios y nuevas investigaciones se realicen, mejor será el resultado y menor será el margen de error.

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