Uno de los peores males que hoy afectan a las personas es la migraña. Más que un simple dolor de cabeza, nos deja completamente acabados. Sólo quien ya pasó por este tormento logra comprender lo que significa.
Para un médico pueda diagnosticar este mal, es necesario comprender algunos síntomas y saber su intensidad. Por ejemplo, la frecuencia, las causas y el cuadro general de salud de la persona.
¿Qué es la migraña?
La migraña es una enfermedad, a diferencia del dolor de cabeza común, o cefalea, que apenas son síntomas.
Quien sufre de migraña tiene un cerebro más sensible a los estímulos, lo que también provoca trastornos emocionales, como ansiedad y depresión. Esta sensibilidad ocurre porque las conexiones eléctricas entre las neuronas son más intensas.
El dolor provocado es latente e incapacitante. Puede causar náuseas y vómitos, además de evolucionar a la migraña crónica. Su causa es genética y, incluso con la enfermedad bajo tratamiento, es posible sentir dolor en la cabeza.
Cuidados
No se medique sin consultar primero a un médico, ya que el uso de analgésicos puede provocar un efecto boomerang en el dolor.
Por un lado, el cerebro se acostumbra al medicamento, y éste va perdiendo el efecto. Al dejar de tomarlo, el órgano siente falta de la medicación, y la jaqueca vuelve de forma más intensa.
Son suficientes unas 12 dosis de desinflamatorios o analgésicos para empeorar el cuadro. Por otro lado, cambiar el tipo de medicamento, sin prescripción médica, sólo camufla la enfermedad.
Los cinco disparadores
El estrés:
El cuerpo y el estado emocional son llevados a situaciones extremas de tensión. Es el principal desencadenante de la enfermedad. Para evitar las crisis, los médicos recomiendan asociar el tratamiento convencional al biofeedback, una mezcla entre control de la intensidad cardíaca con ejercicios respiratorios, para la relajación del cuerpo.
Tensión Pre-Menstrual (TPM):
Las diferencias hormonales provocan dilatación o constricción de los vasos sanguíneos. El desequilibrio provoca presiones en el cerebro, desencadenando una crisis de la enfermedad. La mejor forma de tratar el asunto es a partir de una consulta al ginecólogo, que verifique algún método hormonal que traiga mayor equilibrio en el período menstrual.
Ayuno:
La caída de glucosa en la sangre, provocada por la falta de alimento, reduce la energía que el cuerpo necesita para funcionar y hace subir los niveles de adrenalina. El hígado pasa a quemar grasa para generar la energía necesaria, pero también pasa a crear toxinas que estimulan los nervios. Comienzan a surgir síntomas como ansiedad de vómito y visión con puntos luminosos hasta disparar una crisis de migraña. Una alimentación equilibrada y la reducción de los períodos de ayuno son la mejor solución.
Cambio climático:
El cambio muy rápido de temperatura requiere que el cerebro trabaje intensamente, para que el cuerpo se adapte al nuevo clima. Puede ser el cambio del calor a un ambiente refrigerado o viceversa.
Privación del sueño:
Dormir poco, o un sueño sin rutina, hace que el cerebro trabaje más. Por ser más sensible, la persona con migraña necesita hacer la cabeza descansar, porque es la única manera de que la mente absorba y filtre todos los estímulos recibidos durante el día.
Atención: Recuerde siempre que los consejos del sitio no sustituyen a una consulta médica.