Hay momentos en la vida en que uno se siente perdido. Parece que todo lo que podría salir mal, ocurre a la vez. En estos momentos, hay que enfrentarse a los desafíos e ir en busca de la superación.
Eso es exactamente lo que hizo Nattasha Nobre, una mujer de 31 años de Paraná, Brasil, cuando perdió su trabajo, se separó de su esposo y tenía un hijo pequeño que cuidar.
Esposa de alquiler
Después de enviar varios currículums a las empresas y no tener ninguna oportunidad, Nattasha decidió convertirse en un “Esposo de alquiler”. Esta función se está volviendo popular y tiene un gran público que necesita reparaciones en su casa, como pintura, excavación de zanjas, instalaciones eléctricas, hidráulicas y similares, pero generalmente la realizan hombres.
Sin embargo, a Nattasha le gustan todos estos servicios y sabe lo que está haciendo porque está capacitada en el área. Por eso, se siente muy orgullosa de haber enfrentado tantos prejuicios para establecerse como una profesional respetada.
La mayor parte de sus clientes son mujeres, solteras o casadas, que no tienen tiempo, paciencia, no saben cómo hacerlo o simplemente no quieren tener a un hombre extraño en sus casas para que les realice estos servicios en casa.
Cómo comenzó todo
Nattasha siempre trabajó en centros comerciales, pero quería estudiar Técnico de Edificaciones porque estaba interesada en esta área. Entonces, hizo un examen para el curso y aprobó. En 2008, comenzó sus estudios en una clase con 30 estudiantes y solo 4 mujeres.
Junto con las clases, también surgieron prejuicios, tanto por parte de los estudiantes como de los profesores. Pero Nattasha mostró su propósito y fue una de las mejores estudiantes. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba en el área cierta.
La maternidad
Cuando empezó a realizar el curso técnico, Nattasha aún no era madre, pero se quedó embarazada en el tercer período, en 2008. En ese momento, se la alentó a abandonar el curso porque necesitaría dedicarse “a los servicios de mujeres”, como cuidar a su hijo y esposo. Pero ella no escuchó y continuó, a pesar de que tuvo que dejar sus estudios casi al final.
Las oportunidades comenzaron a surgir
Un tiempo después del nacimiento del bebé, Nattasha consiguió unas prácticas en el sector de la construcción, y fue solo en 2013 cuando, finalmente, logró terminar el curso. Muchas veces con el niño junto en el aula, alcanzó su objetivo con una media de 9.6.
Ya graduada, consiguió un trabajo como licitadora técnica en el área de aire de climatización. Pero en 2016 fue despedida debido a la crisis. Al mismo tiempo, se separó de su esposo y se quedó con su hijo pequeño, al que tenía que cuidar.
En la situación en la que se encontraba, Nattasha necesitaba tomar medidas y decidió poner en práctica lo que había aprendido en el curso y en las prácticas. Ella tenía experiencia trabajando con azulejos, sabía cómo hacer servicios de albañilería y fontanería, por lo que comenzó a publicitar el trabajo en un grupo de mujeres de Facebook.
Pronto, por sugerencia de una clienta, se convirtió en la “Esposa de alquiler”, y hoy su servicio tiene una gran demanda, gracias al buen trabajo que hace y las recomendaciones que recibe.
Nattasha es otro gran ejemplo de que no existe división entre las capacidades de un hombre y una mujer. Todo lo que se necesita es tener la voluntad y la determinación para mostrar las habilidades y ganarse el respeto de todos.