A nadie se le escapa que el número de personas con depresión va en aumento en todo el mundo. Es más, esta será la primera discapacidad mundial según la OMS. Es por esto que se le considera la dolencia del siglo XXI. A pesar de que existen varios tratamientos farmacológicos y terapias, hay personas que padecen depresión resistente. Descubre, a continuación, de qué se trata.
Qué es la depresión resistente
La depresión resistente o depresión refractaria tiene lugar cuando el enfermo se somete a tratamientos psicológicos y está medicado pero ni los antidepresivos ni las terapias surgen casi efecto en él o ninguno.
En palabra recogidas por la BBC, el psiquiatra Wagner Gattaz, coordinador del Laboratorio de Neurociencias del Instituto de Psiquiatría (IPq) de la Universidad de São Paulo (USP), ha explicado que “esto se da cuando un paciente, después de seguir un tratamiento con dos clases diferentes de antidepresivos por más de seis semanas en dosis terapéuticas, no presenta ninguna mejora”.
Hay que señalar que en la actualidad no se sabe aún a qué se debe este tipo de depresión y el porqué de que las terapias no funcionen.
Se debe tener en cuenta que cerca del 70% de los enfermos metabolizan los medicamentos de manera normal. Pero el otro 30% puede que lo haga de una manera acelerada, lo que provoca que el organismo no tenga tiempo suficiente a absorber el fármaco y que este haga efecto en la persona. Al contrario también puede pasar, que se metabolice muy lento, almacenándose la droga en el cuerpo provocando efectos colaterales.
Por otro lado, existen otras dolencias que pueden interferir en la depresión resistente como es el caso del trastorno bipolar, la tiroides, los dolores crónicos y el hecho de tomar otras medicinas.
Cómo tratar el problema
Es un hecho que tratar la depresión resistente puede ser difícil. No obstante, existen métodos que pueden ser muy útiles. Para ello es preciso hacer un análisis de ADN. Así se podrá comprobar cuáles son los fármacos idóneos para cada individuo y a cuáles les tiene intolerancia.
Existen tres alternativas para hacer el examen. Una es con un análisis de sangre. Otra es con una muestra de saliva. Y la última es recolectando mucosa bucal.
Wagner Gattaz comentó que en Brasil lo hacen “a través de la sangre. Observamos los genes en el grupo de enzimas citocromo P450 responsables del metabolismo de los medicamentos en el hígado, y podemos identificar a priori si el paciente es un metabolizador ultrarrápido o lento”.
Una alternativa que también se debe tener en cuenta para la depresión resistente son las terapias somáticas. Estas deben ir de la mano de las farmacológicas. Un claro ejemplo es la estimulación magnética transcraneal (EMT). Este método no es invasivo y ayuda a estimular el cerebro por medio de ondas magnéticas al modular los neurotransmisores. Se recomienda hacer 1 sesión durante 20 días, como mínimo para empezar a notar al mejoría.
También se puede optar por la terapia electroconvulsiva (TEC). Esta funciona por medio de corriente eléctrica baja, la cual impulsa convulsiones, ocasionando mudanzas químicas en el cerebro. Para realizar la TEC, el enfermo está anestesiado y se hacen de 9 a 12 sesiones entre 2 o 3 veces a la semana.
Cabe destacar que únicamente un psiquiatra puede autorizar a la realización de la EMT o de la TEC.
Para acabar, en el próximo vídeo se aporta más información sobre por qué hay personas que no responden a la medicación.
