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La historia del pequeño Joseph: del aneurisma de regreso al colegio

Conoce la historia de este pequeño ganador, que sorprendió a su familia

Crédito de la imagen: Dicasonline

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Después de perder los movimientos, el habla, la capacidad de masticar y tragar, Joseph consiguió una gran victoria. Este pudo ir a su primera clase en el colegio, con la mayoría de sus habilidades desarrolladas. Un año intenso de trabajo diario, que se refleja en el resultado que sorprendió a los médicos.

Según el Ministerio de Salud de Brasil, el aneurisma cerebral es una expansión atípica de una arteria del cerebro. Este crea una gran presión en varias áreas del cerebro, además de poder haber rupturas con hemorragias. El médico Dráuzio Varella dice que es más común en personas mayores de 50 años, pero existen casos congénitos muy raros.

Y fue eso lo que le pasó a este pequeño guerrero. A pesar de ni siquiera completar la primera década de la vida, se enfrentó a una dura prueba. Se despertó en medio de la noche en medio de un aneurisma cerebral que le quitó incluso los movimientos. Conoce más sobre su historia y cómo lo superó todo.

Joseph: del aneurisma de regreso al colegio

Crédito de la imagen: Dicasonline

Ann Marie y Joseph Federico, padres del pequeño Joseph, no imaginaban lo que iban a vivir. Después de un día ajetreado, jugando como cualquier otro niño, su hijo se fue a descansar. Una buena noche de descanso, para otro día de deporte y juegos.

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Pero ellos no se imaginaban que sería la peor noche de sus vidas. Ann, al final del embarazo y con otro bebé que cuidar, también estaba durmiendo. Pero ella y su esposo se despertaron en medio de la noche con un grito de su hijo mayor.

Entraron en el cuarto y vieron que gritaba y vomitaba mucho, lo que hizo que se preocuparan. Pensaron que era un problema estomacal, pero cuando comenzó a desvanecerse, vieron que era algo más complejo. Entonces, llamaron a la ambulancia, que rápidamente llegó a la escena, disparando el helicóptero. El caso fue grave y tuvo que ser visto no en la sala de emergencias sino en el hospital.

Cuando llegaron a la escena, con su hijo inconsciente, tuvieron que alejarse del niño para que pudiera ir directamente a la sala de operaciones. Este sufría un aneurisma cerebral y si no lo operaban, podría morir. Y eso fue lo que hicieron, lo llevaron rápidamente a la sala de operaciones.

Operación

Crédito de la imagen: Dicasonline

La cirugía fue muy compleja y arriesgada, sin que tuviesen la seguridad de que el pequeño iba a sobrevivir. Pero lo hizo, habiéndole removido el 40% del cráneo. Además de ello, era necesario cerrar la región, extremadamente dilatada, con piel humana de cadáveres.

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A medida  que el cerebro se deshinchaba, se realizó una nueva cirugía para eliminar el exceso de piel, dejando solo la del niño. Con solo 4 años, fue sedado e inducido al coma durante mucho tiempo, sin moverse.

Después de volver a su tamaño normal y garantizar la estabilización, le reemplazaron el cráneo para que quedase más protegido. Entonces, volvió al estado de consciencia, pero no pudo hablar, caminar, ni siquiera masticar ni tragar.

Todo esto se debe al tiempo que estuvo parado, alimentándose a través de la sonda y respirando a través de una traqueotomía. También sus músculos estaban débiles, además, por supuesto, de su cuerpo estar aún en recuperación.

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Recuperación y futuro

Fue una recuperación sorprendente, en la que el equipo médico estaba realmente sorprendido por lo que hizo en a penas un año. El pequeño volvió a aprender a caminar y hoy ya corre por todos lados. También volvió a masticar y tragar la comida. Incluso ya habla mejor, lo que le ha dado la oportunidad de poder ir a la escuela.

Joseph todavía necesita usar un casco especial para proteger su cráneo, pero eso no le impide vivir por plenamente. De hecho, fue a su primer día de colegio en un centro que está dentro del hospital donde lo están tratando. Allí puede recibir los cuidados y aprender, además de interactuar con otros niños.

Los padres están encantados con su guerrero de 5 años que va al colegio, siempre con buen humor y una sonrisa en la cara, independientemente del dolor o la limitación. ¡Una lección no solo de superación, sino también de gratitud con la vida!

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